Desde que se descubrió el WhatsApp todo ha cambiado. Ya no las relaciones entre amigos o entre parejas, sino que la comunicación, entre unos y otros, ahora es muy diferente. Cuánto se han podido hacer y decir en conversaciones o en los típicos grupos. Cuántos enfados y separaciones han provocado los famosos emoticonos, porque las interpretaciones de unos y de otros varían mucho.
Otra de las cosas que solemos hacer mucho es mandar WhatsApp en el momento menos oportuno. Y uno de nuestros momentos preferidos es cuando salimos de fiesta. Si no quieres hacer el ridículo y quedar realmente mal, evita una serie de mensajes cuando estás de juerga. Será mejor para todos.
Con fotos comprometidas
Una noche de fiesta puede dar para mucho, estamos seguros de ello. Quién no ha salido diciendo que iba de ‘tranquis’ y ha terminado llegando a su casa a altar horas de la mañana siguiente. Pues bien, tanta fiesta y tanta diversión pueden acabar con tu propia persona, dejándote realmente mal. Seguro que te haces mil fotos con tus amigas y amigos, pues ten cuidado con qué mandas y a quién se lo mondas. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir.
Audios de locura
Una de las grandes actualizaciones de la aplicación de mensajes instantáneos líder en el mundo fue cuando incorporó la opción de enviar audios en lugar de mensajes escritos. Todos y cada uno de nosotros lo hemos utilizado alguna vez, pero hay gente que parece que viven de ello. Continuamente mandan audio de voz, incluso cuando salen de fiesta, y ahí sí que se lucen.
Los dirigidos a tu ex
Los ex son un gran peligro cuando juntamos fiesta, amigos y alcohol. Seguro que ni los saludas cuando cruzas por la calle, y menos aún si terminaron mal. Pues bien, con unas copas de más, tú sacas ese valor que llevas dentro y le dices todo lo que te quedaba por decirle. Por muy sincera que seas o por muy bien que se lo digas, seguro que al día siguiente cuando veas la conversación te arrepientes de ello.
Cuidado con a quién se lo mandas
Los mensajes pueden ser sin sentido, o los audios de auténtica locura, pero si encima se lo envías a una persona equivocada, ahí sí que desatarás la locura. Esas típicas conversaciones de cotilleo, de críticas o de secretos pueden llegar a mano de los que no deberían saber nada de la historia.
Estando de fiesta prestas atención al móvil, claro que lo haces, pero no con todos tus sentidos, y el mínimo descuido puede fastidiarlo todo. Imagínate que envías algo de tu jefe a tu propio jefe, ¿con qué cara te presentas al día siguiente al trabajo? Ten cuidado, y aleja el móvil de tus momentos de ‘subidón’ en las juergas que te pegas.