En Norte América y más en Inglaterra. El pueblo sabe de su voto. Es decir, es una votación vigilada y legítima, donde cada participante tiene acceso a su control de escrutinios. Por otro lado, al contrario de lo que se dice. El conglomerado sajón o gringo siempre está dispuesto a ir a las urnas sobre todo, si el país lo necesita y exige. En otras palabras, nadie ignora la importancia de su voto.
Por contra, en Venezuela y en casi toda la totalidad de la América Latina. El voto es controlado por los partidos, los políticos y los dirigentes, que se encargan de trasladar a cada votante solo o acompañados al Centro de Votación y pretenden con esto, lograr que el parroquiano se sienta atendido y comprometa el secreto de su voto.
Todo, porque no se discute en familia la razón de decidir sobre qué hacer. En efecto, cuando se logra que toda la gente de la Casa se sienten en una misma mesa para discutir sobre las conveniencias en el mapa político. Así, no se decide por ideas de una sola persona o propuestas de votos indiscretos. Si no, se estimula la participación y se hace oír cada uno de los argumentos. En efecto, al salir de la reunión cada quien tiene una mezcla clara de lo que le toca evaluar para cumplir con la necesidad de votar y hacerlo de la manera más honesta a la luz de lo discutido en el círculo familiar.
Esta forma de alternar sin definiciones ideológicas, sino, plurales sirven para fortalecer el espíritu patriótico ante la Nación y por añadidura, este modelo del cual hicimos mención y proponemos: resulta ser la verdadera Democracia porque cada ciudadano se informa a sí mismo y en general la población también se alimenta del panorama visual de la opinión pública e imparcial; para que la decisión sea cierta, veraz y cristina.
De ese modo y forma, la responsabilidad es cívica a favor de la República. El vigor y la fuerza de la voluntad se une en una sola causa y, se enseña a los políticos a que la conquista del voto no se hace y se logra por la sola magia de la Televisión. Sino, por los logros de los trabajos hechos y visibles en el seno de la comunidad y sus pueblos.
Por cierto, Sir Winston Churchill, el estadista inglés y artífice del triunfo de los Aliados en la 2da. Guerra Mundial aseguraba que “La Democracia es el menos malo de los sistemas de gobiernos conocidos”. En efecto, ese “menos malo” nos obliga a estar vigilante sobre los procesos políticos inventados. Por ejemplo, no puede ser que los votos en el Edo. Cojedes valga más que los votos en el Edo. Zulia. Así, para repartir los curules se aplica la razón a la inversa; Es decir a menores votos mayores curules y eso es un verdadero disparate.
De suerte, pues, que esas distorsiones producen desigualdades y polémicas ciudadanas, que chocan con elementos en la Democracia de vital valor, como: “La igualdad de todos ante la Ley”
Honor pues, a quien Honor merece: “Viva la República” ¡Vota a Conciencia!
DC / Luis Acosta / Articulista /Ex Sec. Gral. Edo. Sucre