Tener una mente positiva, ser una persona agradecida, hacer ejercicio, proyectar cosas que deseamos, tener una vida social activa son algunas de las claves que nos ayudarán a vivir una vida llena de alegría.
La mayoría de ustedes estará de acuerdo que, si bien nos pasamos la vida persiguiendo a la felicidad, es muy difícil encontrarla y encadenarla para que se quede aquí con nosotras hasta el final de los tiempos, ¿verdad? Quizás, la felicidad se encuentra en esos pequeños momentos en los que nos sentimos felices, pero es algo más bien efímero. Puede durar lo que dure ese café con tu mejor amiga, esa semanita de vacaciones en el Caribe o ese almuerzo con tu familia. Sin embargo, hay algunas cositas que puedes hacer para ser más feliz:
Enfócate en lo positivo: Concéntrate en las cosas buenas que te han sucedido y que te están sucediendo. Tenemos una tendencia a ver el vaso medio vacío y no la parte que está llena. ¡Haz foco en eso que puedes disfrutar! Y pon las cosas en perspectiva; deja las trivialidades de lado.
Agradece: La gratitud es una emoción poderosa que nos ayuda a disfrutar de lo que tenemos. ¿Nunca notaste lo bien que se siente decir “gracias” cuando verdaderamente lo sientes? Y es algo tan fácil de hacer… Hoy tienes una infinidad de medios para dar las gracias. ¡Hasta puedes hacerlo por Whatsapp! Es fácil y rápido, y está comprobado que la gratitud puede aumentar tu felicidad.
Vive para algo o alguien: Ten proyectos tanto hoy como de aquí a diez años. Puede ser un negocio propio como formar una familia. Eso lo defines tu. Pero es necesario que todos los días te levantes enfocada en eso que quieres lograr y que lo vayas trabajando de a poquito. Está muy bien tener sueños, pero los sueños hay que trabajarlos para lograrlos.
Comparte: Sé generosa. Es cierto que el dinero puede ayudarte a ser más feliz, pero serás mucho más feliz si lo compartes con otros. Cuando ayudas a alguien te sientes más útil y se produce una sensación de bienestar que deriva de saber que estás haciendo lo correcto y desinteresadamente. Además, podrás generar vínculos profundos con aquellas personas a las que decidas darles una mano.
Haz ejercicio: No sólo es importante para llevar una vida saludable, sino que te ayudará a alivianar tensiones. Además, liberarás endorfinas, las famosas hormonas de la felicidad, y te invadirá una sensación de bienestar casi narcótica. No es necesario que hagas una maratón. Puedes comenzar dando pequeños pasos. Por ejemplo, dos o tres veces a la semana ve caminando a tu trabajo o aprovecha la hora de almuerzo para caminar 15 minutos al sol.
Aliméntate bien: Debes alimentarte bien en todo sentido. Lo que consumes es alimento para tu cuerpo, tu espíritu y tu mente. Elije bien tus comidas; los programas que miras en la televisión; los libros, revistas y periódicos que lees; las conversaciones que tienes; las amistades que te rodean, y así podríamos seguir…
Hazte un tiempo para pasar con tus amigos: Los mejores planes suelen ser con los amigos. Una cena con rica comida, buen vino y muchas risas es perfecta. ¿Qué más puedes pedir?
Refuerza tus fortalezas: Piensa en aquello en que eres buena, ¡y hazlo! Ya sea un deporte, algo relacionado con tu sensibilidad artística o con tus habilidades sociales. Te sentirás muy a gusto haciendo algo en lo que eres buena. Disfrutarás tanto del proceso como del resultado final.
Visualízate feliz: El trabajo de visualización es algo súper importante, pero generalmente le prestamos poca atención. Mírate a ti misma con buenos ojos, visualízate alegre, feliz y verás que empezarás a sentirte tal como te imaginas.
DC|UA