El temblor tuvo lugar al pie de la meseta tibetana, en la provincia de Sichuán, una región con fuerte actividad sísmica que ya fue devastada en 2008 por un potente terremoto.
El movimiento telúrico duró unos 30 segundos. Su epicentro se situó cerca de la ciudad de Ya’an y sorprendió a la población justo después de las 08H00 locales.
De acuerdo con un reporte de la agencia noticiosa China Nueva (Xinhua), las autoridades chinas informaron que el número de muertos ya asciende a por lo menos 160, y que unas 6.700 resultaron heridas de diversa gravedad.
La agencia de prensa oficial indicó que el sismo del sábado alcanzó una magnitud de 7 mientras que el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS) registró un temblor de magnitud 6,6. La profundidad fue estimada en 12 km, una distancia muy baja, lo que favorece que se produzcan muchos daños.
Más de 840 réplicas sísmicas se sucedieron durante el día, indicó a su vez el Diario del Pueblo en su página internet.
Inmediatamente luego del sismo, centenas de personas en pánico salieron a las calles, informaron testigos.
«Los miembros de mi familia estaban ya en sus camas cuando comenzaron los fuertes temblores, los armarios comenzaron a sacudirse. Tomamos nuestras ropas y corrimos afuera», dijo un residente de Chongqing que se identificó como Wang.
En tanto, Xia Donghai, de 48 años, viajó de urgencia desde Heibei hasta Lushan, ya que su familia no atendía a los llamados telefónicos poco después del terremoto. «Estoy aterrorizado. No sé qué encontraré cuando llegue a la casa de mi familia», dijo Xia a la AFP.
Ante el principal hospital de Lushan podía verse una enorme fila de ambulancias ya en la mañana del domingo. Los servicios médicos de urgencias instalaron carpas en las inmediaciones del hospital para atender a los casos menos graves.
Una mujer de 68 años que era atendida por una fractura en un brazo relató escenas de terror. «Parecía que la montaña estaba viva. Ahora no tengo una casa donde ir. No sé qué haré», dijo a la AFP.
Aproximadamente unos 6.000 soldados y agentes de la policía fueron enviados de urgencia a la zona para auxiliar en los rescates y la fuerza aérea pasó a utilizar seis aviones no tripulados (drones) para tomar imágenes aéreas y planificar las acciones de auxilio, informó China Nueva.
Con numerosas rutas bloqueadas por deslizamientos de tierra y rocas, un camión con soldados del ejército cayó en un despeñadero, provocando la muerte de un soldado y heridas en otros siete.
Los 140 km de autopista entre la capital provincia, Chengdu, y Ya’an, la localidad más cercana al epicentro del temblor, fueron prohibidos a la circulación de particulares y reservados únicamente a las ambulancias y camiones del ejército u otros vehículos de auxilio, constató la AFP.
El Primer Ministro, Li Keqiang, llegó a Sichuan en la tarde del sábado y visitó las zonas afectadas.
«La vida es lo más importante y nuestra prioridad absoluta es salvar vidas», dijo el alto funcionario chino, para quien «las primeras 24 horas son cruciales» para salvar personas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, envió un telegrama de pésame a su homólogo chino y le aseguró que Rusia está preparada para dar «toda la ayuda necesaria» al país vecino, anunció el Kremlin.
La provincia de Sichuán, una de las más pobladas de China con 80 millones de habitantes, fue devastada por un temblor en 2008 que dejó unos 87.000 muertos y desaparecidos.
El temblor se sintió muy fuerte en Chengdu, la capital provincial de Sichuan, y hasta en la vecina metrópolis gigante de Chongqing, un municipio con rango de provincia donde viven 33 millones de personas.
Bertrille Snoeijer, una holandesa residente de Chengdu, estaba en su domicilio cuando se produjo el sismo. «Poco después de las 08H00 todo empezó a temblar, los objetos se cayeron», contó a la AFP.
En la región más afectada por el sismo las comunicaciones telefónicas estaban cortadas o perturbadas.
Unos estudiantes estaban atrapados debajo de un edificio universitario que se hundió en Ya’an, indicó la página de información Sina.com.
El sábado, los escolares chinos en general no tienen clase, salvo en algunos institutos de enseñanza media. Una periodista del canal de televisión local iba a contraer matrimonio este sábado, pero tuvo que trabajar en «directo» para cubrir la catástrofe, vestida de blanco, según una foto suya que circulaba por internet.
Poco después del terremoto de 2008, la calidad de la construcción de las escuelas en Sichuán fue muy criticada. Familiares en duelo y encolerizados habían exigido la verdad y quisieron entender por qué los edificios a los que acudían sus niños se desplomaron con tal facilidad cuando otros edificios oficiales resistieron.
El país fue escenario de uno de los sismos más mortíferos de la historia, en la región de Tangshan (noreste), en 1976. Según las cifras oficiales, el balance oficial de este terremoto fue de 242.000 muertos, el triple según otras fuentes.
DC/Panorama