Los síntomas suelen comenzar entre las dos y las seis horas después de ingerir el alimento tóxico.
Dolores abdominales, diarrea, fiebre, vómitos… Sufrir una intoxicación alimentaria no es nada agradable y, aunque suele mejorar en un par de días, lo mejor es no tener que pasar por ello.
Pero millones de personas sufren cada año este tipo de intoxicación, aunque hay formas de evitarla.
Para matar a la campilobacteria, el pollo debe estar bien cocinado.
Para averiguar si lo está, pincha la parte más gruesa y asegurarse de que los jugos que fluyen sean claros. Además, corta hasta lo más profundo y asegúrate de que no hay carne rosa en el interior.
Si el pollo no está listo, cocínalo durante más tiempo y vuelve a probar.
Mantén siempre el pollo en la nevera y evita que el pollo crudo entre en contacto con otros alimentos.
DC/BBC