Antes de comprar ese par de zapatos que te guiña el ojo o sucumbir ante los designios de la moda, tienes que detenerte y considerar algunos consejos para elegir un buen calzado. No te quedes con la primera impresión ni respondas a un impulso irracional, aprende a elegir el zapato adecuado.
Piensa que un zapato de mala calidad, y en esta categoría entran casi todos los sintéticos, puede llegar a generar problemas de salud. De acuerdo con la Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo, el 85% de las mujeres padecen deformaciones como dedos en martillo, superpuestos o en garra, así como juanetes, por no comprar calzado de calidad y acorde con las características de cada pie.
Razones para no usar zapatos sintéticos
El calzado de plástico o de materiales sintéticos no deja transpirar al pie.
Este tipo de modelos tienen costuras internas que provocan rozaduras.
Los zapatos sintéticos suelen ser rígidos; lo que nuestro pie necesita es un calzado suave y flexible.
Provocan mal olor.
Son una fuente propicia para la aparición de hongos y bacterias.
Los zapatos sintéticos no brindan contención en el talón y pueden provocar un deslizamiento del pie debido al sudor. Esto tiene como consecuencia que resbalemos y no nos encontremos cómodos en ellos.
El pie debe sentirse cómodo y amplio, y cada dedo debe tener espacio con holgura. Lo que no ocurre con zapatos corrientes.
Un último consejo de la Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo: hay que evitar comprar calzado que no sea de nuestro número ya que el zapato se tiene que adaptar al pie y no al revés. Además, el momento idóneo para probarse el calzado es a última hora del día, cuando los pies están cansados e hinchados.
No te dejes llevar ciegamente por la moda, por los descuentos o por un flechazo a primera vista. Es mejor pensar en la comodidad y salud de tus pies.
DC/Salud180