Según la psicología, así no lo parezca, la adicción a la cafeína está entre las más frecuentes, junto a las drogas sicoactivas, el tabaco, el juego y el sexo. La diferencia es que es ignorada por gran parte de la población.
En un informe sobre la adicción a la cafeína, la psicóloga Mery Cuevas, especialista en adicciones y presidenta de la fundación Gente Feliz, da una breve descripción de la sustancia: “la cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas, en el que también se encuentran el té, el cacao, la cola, el guaraná y el mate, que actúan como generador de estimulantes en el cuerpo humano”.
La psicóloga agrega que cuando un consumidor ingiere cafeína constantemente y disminuye o suspende su uso, así sea por un día, puede padecer de ciertas anomalías como dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, depresión, falta de concentración, dolores musculares y hasta náuseas. Estos síntomas se pueden percibir 12 horas después de la última ingesta y desaparecen aproximadamente una semana después de esta última dosis.
En el informe, la especialista asegura que una persona puede llegar a volverse dependiente y tomar comportamientos poco comunes y decisiones extremas para poder acceder a sustancias adictivas como la cafeína. Esto, sobre todo, porque el cuerpo se acostumbra a la presencia de la sustancia en el organismo y cuando no se ingiere empieza a tener ciertas manifestaciones.
Cuevas concluye que el constante consumo de cafeína y cualquiera de los productos que la contienen produce una sensación de alerta en el cerebro de la persona, motivo por el cual la mayoría de consumidores ingieren los productos derivados como ingrediente para “sentirse más activos”.
María Cristina Franco, de 39 años, dice que empezó a tomar café frecuentemente desde muy joven, a los 14 años. Cuenta que al principio ingería una taza de la popular bebida por día, pero poco a poco aumentó el número llegando hasta seis. No teme reconocer que cuando no lo hace empieza a sentir ciertos síntomas, como dolor de cabeza, agotamiento físico y hasta nauseas, pero que al beber café nuevamente desaparecen.
“Al levantarme siempre me tengo que tomar mi taza de café, es vital para mi hacerlo porque si no me empiezo a sentir mal. En varias ocasiones que no he tomado café me han dado dolores fuertísimos de cabeza… siento que no soy yo”, afirmó Franco.
Por otro lado, la fundación Gente Feliz confirma que existen casos en los que una persona deja de consumir cafeína y al empezar a sentir los síntomas que esto trae, cree que está “enfermo”, ignorando que la causa de su estado es la suspensión de la sustancia.
“Muchas veces las personas toman la decisión de auto medicarse ante cualquier síntoma de enfermedad. Cuando un adicto a la cafeína se siente así, ingiere un analgésico que en la mayoría de las veces contiene dentro de sus componentes la sustancia, logrando un efecto alentador y de mejora en el organismo. La persona cree que fue el efecto del analgésico, cuando en realidad es el de la cafeína en su cuerpo”, apuntó la especialista en adicciones.
La cafeína en el cuerpo
Este año, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) presentó un informe con una opinión científica sobre la seguridad en el consumo de cafeína. Allí se recomienda que la dosis diaria no debería superar los 400 mg por día. El mismo documento menciona que en siete de cada 13 países ese mínimo diario se sobrepasa.
De acuerdo con el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (Eufic, por sus siglas en inglés), la cafeína llega al torrente sanguíneo entre 30 y 45 minutos después de ser consumida. Luego, se distribuye por todo el organismo y después se metaboliza y expulsa en la orina. Los rastros de la sustancia pueden permanecer entre 2 y 10 horas en el cuerpo, aunque en mujeres embarazadas llega a estar más tiempo.
Recomendaciones
Especialistas de la fundación Gente Feliz recomiendan a las personas que han tenido alguno de los síntomas descritos, suspender progresivamente el uso de la sustancia y revisar los componentes de cada uno de los productos que consumen, ya que muchos, como el chocolate y los energizantes, contienen cafeína.
Para evitar que los síntomas se manifiesten con fuerza en el cuerpo es recomendable hacer ejercicio y entrar periódicamente al sauna para oxigenar el cerebro y eliminar a través de la transpiración todas las sustancias tóxicas que contiene el cuerpo, agregó el personal de la fundación.
Tenga en cuenta que la cafeína no solo se encuentra en el café. En el mercado hay muchos productos que la contienen, entre ellos los tés, chocolates y bebidas energizantes.
DC/EL Tiempo