El Cuerpo de Bomberos de Bogotá se llevó una gran sorpresa cuando el incendio que pensaron que había sido controlado el pasado jueves tomó fuerza el viernes por la mañana. Debido a los fuertes y cambiantes vientos capitalinos, la conflagración empezó a expandirse con gran rapidez, pasando de 600 metros cuadrados el jueves a dos hectáreas de bosque nativo quemadas. La emergencia llegó a tal magnitud que al cierre de esta edición casi 200 brigadistas se esforzaban por contener las llamas.
Habitantes de los barrios La Perseverancia, La Macarena y Santa Fe se vieron afectados, ya que el humo del incendio no los dejaba respirar bien. Todo comenzó en la noche del jueves, cuando un árbol se incendió y las llamas de su copa se fueron extendiendo hacia los otros. Para evitar que ese fuego se siguiera propagando hacia los pinos, que se encienden con facilidad, los carabineros de la Policía Metropolitana cavaron zanjas para aislar las zonas quemadas. La Fuerza Aérea también apoyó las operaciones con dos helicópteros aspersores de agua.
El teniente Mauricio Ayala, subdirector del cuerpo oficial de bomberos y responsable del manejo del suceso, explicó que, por las dificultades de la superficie de la zona montañosa, no han podido ingresar los carros y las máquinas que esparcen el agua. Mayormente han tenido que hacer trabajo manual, sin usar agua para apagar el incendio. Así que con palas y picas riegan tierra sobre la línea de fuego. El líquido sólo han podido usarlo en un sector del área afectada, por lo que ha sido muy difícil controlar la conflagración.
Al cierre de esta edición, el fuego no había consumido las copas de los árboles ni el subsuelo. “El área afectada sólo se podrá cuantificar bien cuando controlemos el incendio y podamos georreferenciar la zona para hacer un balance de las pérdidas”, explicó el teniente Ayala.
El teniente Eduvín Tovar del Cuerpo de Bomberos afirma que la forma como comenzó el incendio es muy sospechosa y que, por haber sido en un sector alejado de la montaña, conocido como Las Antenas, podría haber manos criminales responsables de las llamas que tienen ardiendo esta porción de los cerros. Las autoridades investigan esta hipótesis.
Por otra parte, el Instituto Distrital de Riesgo (Idiger) explicó que el suelo de Monserrate es más propenso a los incendios en este momento debido a la prolongada sequía, ya que cuando le falta humedad a la vegetación ésta se incendia con más facilidad. Es otra consecuencia del fenómeno de El Niño, por lo que la entidad llamó la atención de los bogotanos para que tomen precauciones respecto al uso del fuego en espacios abiertos y de bosque como el de los cerros.