Pasadas las elecciones, cada uno de los presidentes de los partidos salió a hacer su balance triunfalista. Todos aseguraban haber ganado, porque tuvieron más gobernadores, más alcaldes, porque la base política de concejales y diputados es más amplia o simplemente se apoyaron en los candidatos avalados por coaliciones para sacar pecho. Sin embargo, tras bambalinas, en especial en los partidos de la Unidad Nacional, tienen claro que el ganador fue Cambio Radical y por esta vía el vicepresidente Germán Vargas Lleras, que logró una base sólida de cara a su aspiración de llegar a la Casa de Nariño en 2018.
Es tan clara la molestia en los partidos Liberal y de la U, que ya se empieza a resquebrajar la coalición de Unidad Nacional que ha acompañado al presidente Juan Manuel Santos desde hace cinco años y que fue la columna vertebral de su reelección. Es precisamente ese el principal factor de tensión, pues es claro que para las próximas elecciones presidenciales cada colectividad presentará su propio candidato y Vargas Lleras, con el manejo total del presupuesto de infraestructura y la base electoral que logró, picó en punta.
La molestia, advertida desde la campaña por los codirectores de la U, Roy Barreras, y del liberalismo, Horacio Serpa, se debió a que, a su juicio, el vicepresidente aprovechó el billonario presupuesto para que Cambio Radical tuviera los buenos resultados electorales del pasado domingo. Al punto que este partido fue el gran triunfador en la Costa Caribe y en Bogotá, las dos regiones que le dieron la reelección a Santos.
Lo que parecían rumores se confirmó en una reunión con los jefes de los partidos de la Unidad Nacional, el presidente Santos, la ministra de la presidencia, María Lorena Gutiérrez; el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y Germán Vargas Lleras, para hacer un balance electoral, y que terminó en pelotera. La razón: el vicepresidente manifestó su molestia por las quejas frente a su participación en política.
La respuesta no se hizo esperar: Horacio Serpa se ratificó y afirmó que Vargas Lleras había aprovechado el presupuesto público para influir en las elecciones. Para Vargas Lleras, esto no eran más que inventos de los medios que repetía el ministro Cristo; el ministro también respondió molestó. El tema paró ahí, pero el coletazo se hizo evidente.
En ese mismo momento se discutía el acto legislativo para la paz en segundo debate, en la plenaria del Senado, una iniciativa de solo cuatro artículos que luego de la intervención de los ponentes y los voceros de los partidos debía ser aprobada sin mayores contratiempos. Pero no fue así, el ambiente estaba tenso, de un momento a otro se nombró a un grupo de parlamentarios para que diera un concepto sobre la comisión legislativa especial que contempla la reforma y se levantó la sesión.
El Espectador indagó por qué no avanzó la discusión de una iniciativa prioritaria para el Gobierno y la respuesta, más allá de las inquietudes frente al articulado, son las fracturas que generaron las elecciones en la Unidad Nacional. Al punto que los dos alfiles de Vargas Lleras en el Congreso, el senador Germán Varón y el representante Rodrigo Lara, que estaban listos para viajar a La Habana a reunirse con los negociadores de las Farc para explicar el acto legislativo para la paz, se desmontaron del viaje y en nombre de Cambio fue el representante José Luis Pérez.
Las grietas las reconoció el presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, quien, aunque descartó que la plenaria se hubiera levantado por este motivo, manifestó que es claro que para las presidenciales todos los partidos van a tener un candidato y que Cambio Radical con Vargas Lleras está tomando ventaja.
“Acá lo que pasa es que los demás partidos que estamos en la Unidad Nacional no tenemos la misma representación, nuestros ministros no tienen el presupuesto que ellos están manejando y ese es un claro desequilibrio”, enfatizó Velasco.
Esa es la nuez de las peleas en la Unidad Nacional. Vargas Lleras como encargado de la infraestructura del país estará girando millonarios presupuestos, entregando casas e inaugurando obras en todo el país de la mano de los ministros de su colectividad, Luis Felipe Henao en Vivienda y Natalia Abello en Transporte. Mientras tanto, la U y el liberalismo se quejan de que sus ministros no los representan o no tiene la misma capacidad de gestión.
Esta no es la primera vez que se habla de fracturas en la Unidad Nacional por asuntos burocráticos y aunque hay un acuerdo tácito en la coalición de gobierno de respaldar el proceso de paz y su reglamentación, ya es un hecho que cada partido tirará de su lado para las elecciones de 2018, en un debate que se adelantó.
El Partido Conservador, que se retiró de la coalición en el primer gobierno de Santos, se declaró listo para la carrera por la Presidencia. Cambio Radical parece ya haber corrido los primeros metros con el vicepresidente Germán Vargas Lleras y en la U y el liberalismo buscan sus cartas para la disputa.