Con cerca de 2,500 km de costa, Panamá necesita un sistema robusto de vigilancia para controlar el espacio marítimo. La opinión general de los expertos consultados por La Estrella de Panamá es que el Gobierno debe poner en marcha un plan para adquirir y operar radares para combatir el narcotráfico, aun con la ‘mala experiencia’ de la pasada administración y la investigación en marcha por la adquisición de 19 aparatos al coloso industrial italiano Finmeccanica.
‘No tenerlos es una debilidad. Los radares son muy necesarios (….) Cuando los radares apropiados estén instalados y funcionando aumentaremos la efectividad’ en la lucha contra el narcotráfico, considera el ex ministro de Gobierno y Justicia Daniel Delgado Diamante.
Esta idea también la comparte el ex ministro de Gobierno y Justicia Severino Mejía. ‘Le recomiendo al ministro (Rodolfo) Aguilera que no deseche la idea de radares’. A juicio de Mejía, las incautaciones serían mayores y se contaría con mucha más información sobre el narcotráfico para compartir con Colombia y Estados si estos equipos de seguridad estuvieran en los sitios indicados.
Los radares son parte de una política de seguridad para prevenir y combatir el narcotráfico y evitar que se utilice el territorio aéreo, marítimo y terrestre para que circule el mercado internacional, agregó Delgado Diamante. ‘Cuando finalmente tengamos instalados radares y otras tecnologías de lucha contra el narcotráficos en un sistema nacional y regional habremos avanzado’, concluye Delgado Diamante.
El abogado y exjefe de la Policía Técnica Judicial Ebrahim Asvat, a su vez, considera que para combatir el narcotráfico se requiere de una red, que incluya radares, cámaras de vigilancia, fuerza aeronaval con helicópteros y patrulleros, que el país no tiene. Además, debe haber un sistema de comunicación entre fuerzas de seguridad y puestos de control y vigilancia, dijo.
La idea de comprar radares fue una de las mejores del gobierno de Ricardo Martinelli, apunta Mejía, para quien las buenas intenciones se vinieron abajo al no convocarse un acto público que permitiera estudiar los requerimientos del país.
La administración de Ricardo Martinelli adquirió radares a la empresa Selex Sistemi Integrati- filial de Finmeccanica- por un monto de 4125 millones.
Pero, según el gobierno de Juan Carlos Varela, que participó en la negociación de los equipos cuando era canciller, estos resultaron ineficientes
Por la compra de estos radares se encuentra detenido el ex ministro de Seguridad Pública José Raúl Mulino, con cargos de peculado. Fue Mulino, autorizado por el Gabinete de Ricardo Martinelli, quien firmó el contrato con la empresa italiana.
INDGATORIA A MULINO
La parte operativa de este equipo sería el Servicio Nacional Aeronaval (Senan). La más alta dirigencia del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) estaba al tanto de los detalles de la instalación, entrenamiento y operación de los radares que adquirió la administración de Martinelli del conglomerado italiano Finmeccanica.
Así lo corrobora el ex ministro a la fiscal Tercera Anticorrupción Zuleyka Moore, que centró su indagatoria en la funcionalidad de los radares y pasó de largo las preguntas que aclararían si las autoridades panameñas recibieron comisiones por la compra del equipo de seguridad.
Según se sospecha, los contratos tenían pactada una comisión oculta del 10% del monto, que se desviaría a la sociedad Agafia, creada por Valter Lavítola, designado intermediario entre ambas partes por el ex premier italiano Silvio Berlusconi, contra quien se sigue proceso por corrupción en los tribunales de Roma, Italia.
FUNCIONALIDAD
Moore preguntó a Mulino acerca de la operatividad de los radares y la capacidad de detección de lanchas rápidas como las utilizadas por el narcotráfico.
En este punto, Mulino respondió que las lanchas, ‘sean rápidas o lentas, son perfiles de navegación que suelen identificar los radares’. Luego añadió que la droga no solo se transporta en lanchas rápidas, ‘por eso se observan los perfiles de navegación que definen las embarcaciones. Ahí estriba la malicia de los operadores para detectar lanchas, velocidad y si alguna es sospechosa’.
La pregunta de Moore obedece a que las especificaciones técnicas que acompañan el contrato establecen una cobertura de cero a 20 millas náuticas. Los radares solo alertan sobre la presencia de buques de alto cabotaje. Las lanchas rápidas pasan prácticamente desapercibidas.
Siete de los 19 radares se instalaron, pero la administración anterior no interpuso reclamo alguno a pesar de las limitaciones técnicas mencionadas. La cláusula novena del contrato dicta que ‘en caso de requerir modificaciones o cambios serán por cuenta del contratista’.
EL SENAN Y LOS RADARES
El actual director del SENAN, Belsio González, manifestó públicamente después de cuatro años de ejecutarse el contrato, que los radares no cumplían su función.
Según el registro de la indagatoria, la fiscal presentó a Mulino una carta de González con fecha de 14 agosto de 2014, cuyo contenido no queda consignado. En su respuesta, el ex ministro señala: ‘Es cierto que el señor Garúz (Alejandro) llevaba adelante el proyecto, pero esta información así detallada no recuerdo haberla conversado con Belsio González ni con personal del SENAN durante los cuatro años a partir de 2011, y me sorprende porque en varias reuniones en las que yo estuve con los equipos técnicos de la empresa Selex, había miembros del SENAN’, exclamó el ex ministro. Como ejemplo, Mulino afirma que ‘hubo una reunión en Cocolí con un ingeniero de Selex y la alta dirigencia del SENAN’ en la que constataron el alcance de los radares. ‘Nos explicó que si bien él (técnico italiano) era consciente de que alguno de los radares no cumplía el espectro planteado en el contrato, se podía subsanar a través de la calibración de cada uno, pero que tuviéramos en cuenta que nosotros no estábamos comprando unos radares, sino un sistema (de vigilancia) y que hasta que se instalaran todos se podía integrar y calibrar respecto a los tipos de navegaciones que cada área de cobertura tiene’, indicó el indagado.
Mulino añade que, en varias ocasiones, se reunió con González y los técnicos del SENAN para tratar el tema de los radares.
Aseguró que verificó el funcionamiento del radar en una gira que hizo a la Barqueta, (Chiriquí), en la que recibió explicaciones de los técnicos del SENAN. ‘Pude observar un radar funcionando sin ningún contratiempo e incluso llevaba la traza de mi helicóptero dentro de la pantalla. Verifiqué que había corrosión en la cerca perimetral que lo protegía y de inmediato activé la cláusula de mantenimiento que establecía el contrato para que Selex procediera al reemplazo de la cerca’, apuntó. En esa gira, dijo, lo acompañó el director del SENAN, Belsio González.
NO HUBO RECLAMO
También recordó que en la sede del SENAN ubicada en Cocoli, ‘se instaló el centro de comando y control de los radares, con un número plural de pantallas, computadoras y sistema de comunicación. De ahí también nacen las instrucciones para interceptar y verificar las trazas de tierra y mar con una cobertura de cero a 20 millas náuticas, y no de 20, como he visto que han declarado otras personas’, manifestó el ex ministro. Agregó que el anexo A del contrato establece las gráficas y simulaciones de cómo funcionan los radares bajo distintos ejemplos.
Moore no preguntó a Mulino por qué no puso reclamo a los italianos a pesar de haber detectado estas deficiencias, pero sí se interesó por la distancia entre los radares, ya que, aparentemente, hay puntos ciegos que comprometen la vigilancia y, según fuentes expertas, ‘solo se corregirían duplicando la cantidad de radares’.
En las últimas páginas de la indagatoria, Mulino intenta justificar la compra del equipo por los altos índices de violencia y el rol que ocupa Panamá en la cadena del narcotráfico, que pasó de ser país de tránsito a uno de venta y consumo de droga.
Con información de Adelita Coriat, Marlene Testa e Isaías Cedeño