El Airbus A-321 que se estrelló este sábado en el norte de la península del Sinaí se rompió en el aire. Así lo ha reconocido este domingo el director ejecutivo de Comité de Aviación Interestatal (CAI) de Rusia, Víctor Sorochenko, tras visitar la zona montañosa y de difícil acceso donde quedaron esparcidos los restos del aparato, que había partido 23 minutos antes de la ciudad costera egipcia de Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo.
«Se rompió en el aire y los fragmentos quedaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados», ha manifestado Sorochenko, quien -en sintonía con el resto de autoridades egipcias y rusas- ha insistido en que es demasiado pronto para determinar el motivo del accidente del vuelo KGL9268operado por la aerolínea rusa Kogalimavia -bajo la denominación de Metrojet- y que causó la muerte de las 224 personas -la mayoría de nacionalidad rusa- que iban a bordo.
La declaraciones del máximo responsable de la agencia rusa encargada de investigar los desastres aéreos en Rusia coincide con la decisión del equipo de rescate de ampliar el perímetro de búsqueda de los cadáveres hasta los 15 kilómetros. Un oficial del ejército egipcio, involucrado en la azarosa tarea de hallar a las víctimas, ha explicado este domingo a Afp que los restos de una niña de tres años han sido encontrados a unos ocho kilómetros de donde se ubica la mayoría del fuselaje del avión. Hasta el momento se han recuperado 163 cadáveres, que han sido trasladados en aviones militares a El Cairo.
Este nuevo dato de una investigación que se desarrolla alejada de los focos implicaría que, a diferencia de las informaciones difundidas hasta ahora, el A-321 no tocó suelo como una sola pieza sino que se rompió o sufrió una explosión en pleno vuelo, por lo que tomaría fuerza la hipótesis de que fue el vuelo fue interrumpido. Varios testigos aseguraron ayer en declaraciones al diario privado egipcio Al Masri al Yum que vieron caer al aparato con el motor devorado por las llamas.
Uno de los primeros agentes de las fuerzas de seguridad que alcanzó la zona relató también ayer que el avión se encontraba roto en dos partes, «una pequeña con la cola de la nave aún ardiendo y una parte más grande que se estrelló contra una zona rocosa». Las autoridades egipcias han proporcionado informaciones contradictorias sobre los últimos instantes del vuelo KGL9268. El aparato desapareció del radar cuando se encontraba a unos 30.000 pies de altitud. Según la página web Flightradar24, que rastrea el tráfico aéreo de todo el planeta, el aparato descendía a unos 6.000 pies por minuto antes de que los controladores perdieran el contacto con la cabina.
Interrogantes sin resolver
Funcionarios de la autoridad de Aviación Civil aseguraron que el piloto informó en los instantes previos que había detectado un error técnico y pidió permiso para realizar un aterrizaje de emergencia en el cercano aeropuerto de Al Arish, la capital del norte del Sinaí. Sin embargo, en declaraciones posteriores, el ministro de Aviación Civil egipcio Hosam Kamel aseveró que «la tripulación ni siquiera envió un SOS y de pronto el avión se esfumó del radar». La nave acabó estrellándose en las inmediaciones del pueblo de Al Hasana, a unos 70 kilómetros al sur de Al Arish.
Para desentrañar los interrogantes que aún se ciernen sobre el accidente, serán clave las cajas negras que han sido trasladadas a la capital egipcia y cuyo análisis ha comenzado este domingo a cargo de un comité establecido por el ministerio de Aviación Civil en el que participan expertos rusos y egipcios y representantes de Airbus, la agencia de seguridad de vuelo francesa BEA y su homóloga germana, la Oficina Federal de Investigación de Accidentes Aéreos (BFU por sus siglas en alemán).
El presidente egipcio, el ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi, ha pedido este domingo paciencia para una investigación que se antoja larga. «Es un asunto complicado y precisa de tecnologías avanzadas e investigaciones amplias que podrían llevarnos meses», ha confesado el mandatario durante un discurso dirigido a reclutas del ejército retransmitido por la televisión.