La noticia sobre la inclusión de la carne procesada en la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de productos que pueden causar cáncer ha vuelto a disparar las alarmas sociales. Son muchos los rumores sobre determinados alimentos y productos en general (teléfonos móviles, ordenadores, alimentos quemados, botellas de plástico usadas, etcétera) de los que se afirma que elevan el riesgo de sufrir esta enfermedad. Sin embargo, es necesario poner de manifiesto qué hay de verdad y de mito en estas informaciones.
Según el portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Arnau de Villanova, de Valencia, Antonio Llombart, “los estudios sobre los factores que elevan el riesgo de sufrir cáncer son epidemiológicos, es decir, se hacen con grandes cantidades de población durante un tiempo determinado, por lo que es muy difícil demostrar la correlación directa entre una determinada sustancia o elemento y el riesgo de padecer cáncer”. El experto en Oncología afirma que “para que un producto entre dentro de las listas de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) como cancerígeno, tiene que haber muchos estudios que apunten en esa dirección”.
Los mitos
Es importante distinguir qué productos, alimentos o sustancias realmente elevan el riesgo de sufrir cáncer para evitar temores infundados:
Alimentos quemados: Según Llombart, “se ha sospechado siempre que el quemar demasiado los alimentos eleva los carcinógenos, pero no existe ninguna prueba clara sacada de un estudio que afirme la existencia de una relación directa entre quemar los alimentos y elevar el riesgo de sufrir cáncer”.
Los aparatos electrónicos: El experto declara que, “aunque se han realizado estudios, no hay una evidencia que permita deducir que los productos electrónicos como móviles, microondas y ordenadores eleven el riesgo de padecer cáncer, luego esto un mito”.
Reutilizar botellas de plástico: No existe tampoco ningún estudio que demuestre esto. Sin embargo, no es recomendable hacerlo, ya que las botellas de plástico reutilizadas son un entorno perfecto para la proliferación de bacterias.
El estreñimiento: Llombart afirma que “durante muchos años se pensó que el estreñimiento elevaba el riesgo de sufrir cáncer, pero tampoco se ha confirmado nunca”.
Centrales e infraestructuras de alto voltaje: En muchos lugares se han tomado medidas preventivas, como no situar las viviendas y los lugares públicos, como colegios, cerca de estos espacios y de torres de telecomunicación. Este mito responde a que las exposiciones continuadas a la radiación sí que son un factor determinante a la hora de padecer cáncer. Sin embargo, tampoco existen estudios que indiquen que estos espacios emitan la suficiente como para categorizarlos como zonas de riesgo.
Las verdades
A pesar de que es muy difícil demostrar qué sustancias o elementos pueden constituir un factor de riesgo de cáncer, existen estudios que demuestran este hecho:
Los pescados ahumados: Además de la carne, el experto asegura que “todos los ahumados deben ser ingeridos con precaución, sin abusar de ellos, ya que también los pescados, como el bacalao ahumado, elevan el riesgo de sufrir cáncer”.
Las bebidas muy calientes: “En países como China”, declara Llombart, “las bebidas se consumen a altas temperaturas, lo que en muchas ocasiones produce quemaduras en el esófago que a la larga incrementan el riesgo de desarrollar un tumor”. El experto insiste a este respecto en que “muchas veces no es tan importante lo que consumimos, sino de qué manera lo hacemos”.
La radiación: Antonio Llombart afirma que “hay estudios suficientes para relacionar las exposiciones frecuentes a radiación con el cáncer” y añade que en este caso “existen grupos de riesgo, como las personas que trabajan en compañías aéreas (ya que al volar y pasar mucho tiempo fuera de la protección de la capa de ozono se exponen a radiación), los trabajadores de la industria atómica y los médicos de radiología”. Sobre este último sector, Llombart aclara que “aunque los médicos tengan más riesgo, éste sólo es un poco mayor que en el resto de las personas, ya que la tecnología actual para realizar pruebas radiológicas emite muy poca radiación” y añade que “es muy poco probable que se pueda extrapolar a los pacientes, porque por muchas pruebas que se hagan no están sometidos de forma continua a esta radiación”.
La contaminación: El experto declara que “en ciudades como México la contaminación es un factor de riesgo importante, que a corto plazo puede producir problemas cardiorrespiratorios y a largo plazo enfermedades crónicas y cáncer; por lo tanto, sí que es un factor de riesgo”.
La obesidad y la falta de ejercicio: Llombart insiste en que “aunque no sean sustancias y, por lo tanto, no entren dentro de las listas de la IARC, la falta de ejercicio y la obesidad, junto con sustancias como el alcohol o el tabaco, son dos factores directos que elevan las probabilidades de sufrir cáncer”.
DC|EM