Televisión Grandes Historias estrenó su segunda temporada
“Quedó fatal”. Así recuerda Harry Levy la entrevista con la que debutó como conductor de Venevisión. El cantante Alexandre Pires tuvo que contestar las preguntas de un ansioso estudiante universitario, que para ese entonces cursaba en paralelo la carrera de Ingeniería Civil y Comunicación Social.
A pesar de los nervios, el animador de Sálvese quien pueda supo que su camino estaría iluminado por las cámaras de televisión.
La autocrítica ha sido su copiloto durante el trayecto que inició ese día. “Debo mejorar la dicción, el vocabulario, la postura, la fluidez”, dice el comunicador social, quien siempre está abierto a aprender algo nuevo.
Hoy, a diez años de haber entrado como pasante en el canal en el que ha hecho toda su carrera, vuelve a estar al frente de las cámaras conGrandes Historias, programa que en su segunda temporada revela el lado humano de modelos, actrices y animadoras que salieron de las filas del Miss Venezuela.
—¿A quiénes entrevistará en esta edición?
—Serán 12 episodios. Estarán, entre otras, Bárbara Palacios, Inés María Calero, Scarlet Ortiz, Ligia Petit, Viviana Gibelli y Tatiana Capote. Me encantaría conseguir a María Conchita Alonso y a Chiquinquirá Delgado. La mayoría de las invitadas ya no están en Venezuela y nuestra base de operaciones está aquí.
—¿Cuál es la anécdota que más le ha impactado?
—De todas me ha impactado algo. Por ejemplo, yo no sabía que Inés María Calero se casó embarazada, un tabú para su época, ni que Stefanía Fernández perdió varios concursos de belleza y estuvo a punto de desistir. También me sorprendió saber que el primer jefe de Maite Delgado fue Gilberto Correa.
—¿Qué es lo feo del mundo de la belleza?
—Ellas se han hecho fuertes a temprana edad. Han tenido que lidiar con el juicio y las críticas en un mundo donde te juzgan por tu cara y no te dan oportunidad para que demuestres algo más.
—¿Le ha pasado a usted?
— Cuando uno entra en este negocio hay que estar abierto a las críticas. No eres monedita de oro. La crítica severa es una forma de admiración, todo depende de cómo la tomes.
—¿Hay alguna crítica constante?
—No, son variadas (risas). Quizás se meten mucho con mi copete.
—¿Acartonado?
—Me lo han dicho, pero no es algo que me molesta. No estoy dispuesto a brincar, bailar ni a pegar gritos como otros animadores, no me sentiría cómodo en un estudio. Mi corte es sobrio y serio, pero respeto los otros estilos.
—¿Qué tanto peso tuvo en su carrera el haber sido asistente de Osmel Sousa?
—Influyó muchísimo y continúa haciéndolo. Hizo que se conjugaran la pasión por los medios y la belleza. Sin haber pasado por la Quinta Miss Venezuela eso no se hubiera dado.
—¿Cómo están las relaciones con él?¿Por qué no quiso que usted lo entrevistara en Más allá de la belleza?
—Él está en una posición en la que puede decidir quién lo entrevista. No me sentí mal por eso. El hecho de que Maira Rodríguez lo entrevistara fue algo que sumó mucho al programa, porque fue la primera vez que Osmel fue a Más allá de la belleza en ocho años que tiene al aire. Mi relación con él se basa en el respeto.
—¿Sueña con ser el próximo zar de la belleza?
—Es algo que no me planteo por los momentos. Osmel es único.
—¿Quisiera animar el Miss Venezuela?
—Es un escenario que seduce, pero no le estoy pisando los talones a nadie. Si llega la oportunidad, la acepto.
—¿Qué tal la experiencia de haber animado el Miss Gay Venezuela?
—Maravillosa, es el público que más sigue mis programas. Tengo compañeros y amigos que pertenecen a esa comunidad y era una manera de retribuir el apoyo.
—¿Estará en el regreso de Sálvese quien pueda?
—No tengo idea. Me encantaría, porque allí me inicié.
DC/EN