Robots acoplados al cuerpo y que usan señales del usuario para anticipar sus intenciones; acuáticos, voladores (drones) o como prótesis que procesan impulsos cerebrales para convertirlos en acciones son algunos de los productos que se presentan en el Día de la Industria Robótica de Suiza.
En esta suerte de feria han sido presentados robots concebidos, de manera general, con fines loables, como aquellos convertidos en prótesis para paliar discapacidades físicas o los que se acoplan a un parte o todo el cuerpo (exoesqueletos) para reforzar un tratamiento de rehabilitación.
Destacan igualmente los robots capaces de caminar, volar, nadar y reptar para ayudar a los socorristas en tareas de búsqueda y rescate de víctimas de desastres.
La robótica, sin embargo, también se usa con fines menos nobles, particularmente en el ámbito militar, como ocurre con los drones, cuyas aplicaciones civiles son múltiples, en áreas como la ingeniería, forestal, agrícola, entre otras.
“No se trata solo de drones, robots asesinos o armas autónomas, sino que de que con las neuroprótesis y las interfaces cerebrales podríamos crear el soldado perfecto… pero el conflicto ético se resuelve cuando ponemos a la persona en el centro de la ecuación”, dijo a EFE José Millán, profesor español de la Escuela Politécnica de Lausana.
Esta institución, junto con otras cuatro entidades académica de alto nivel de Suiza, forman el Centro Nacional Suizo de la Robótica, a la cabeza de la iniciativa de organizar una jornada de presentaciones dirigidas a la industria.
DC/Globovision