La selección de Bolivia asemeja estos días una probeta de ensayo. Fracasados el patriotismo y la altura de La Paz como únicos argumentos, ahora busca la fórmula futbolística para su primer triunfo ante Venezuela por la clasificatoria sudamericana al Mundial Rusia-2018.
Una tarea complicada para su timonel Julio César Baldivieso, un ángel-demonio en el fútbol local, que se echó al hombro un equipo anímicamente golpeado tras décadas de recurrentes fracasos.
Con la identidad perdida, Bolivia intentará levantarse a costa de la Vinotinto, el otro colero del premundial, en el partido del próximo jueves en el estadio Hernando Siles de La Paz, reducto otrora inexpugnable, devenido ahora en un sitio de aventura.
En el debut premundialista, Uruguay, sin sus estrellas Luis Suárez y Edinson Cavani, se sobrepuso al mito de la altura y las arengas de patriotismo en la verde para llevarse un triunfo 2-0 ante un desorientado rival. En la segunda fecha, volvió a caer por igual marcador de visita a Ecuador.
A menos de una semana de chocar con Venezuela, Bolivia sigue ensayando variantes para suplir la ausencia de su goleador Marcelo Martins Moreno, que renunció al equipo por discrepancias con el técnico, al igual que el veterano capitán Ronald Raldes.
Su principal carta de recambio en la delantera, Rodrigo Ramallo, supera una lesión con un 80% de recuperación en la rotura del gemelo interno derecho, según reporte del médico del equipo Fabián Pacheco, pero parece que no llegará ante Venezuela.
«Lo que falta para su restablecimiento esperamos conseguirlo con otra infiltración de células madre», añadió.
Baldivieso, que le ha puesto el pecho a infinidad de adversidades, expresó su confianza en que el jugador «pueda trabajar a la par del grupo desde el lunes».
Ante la casi segura ausencia de Ramallo, el timonel insistió en las prácticas con Yasmani Duk, goleador del modesto Sport Boys, y Juan Carlos Arce, punta del Bolívar, dupla que ya jugó las dos primeras fechas.
Por las dudas, convocó a Gustavo Pinedo, delantero del San Martín argentino, que arribará a La Paz la noche del próximo domingo.
Porque Bolivia viene naufragando hace dos décadas en un mar de frustraciones, luego de su histórica clasificación al Mundial de EEUU-1994, de la que formó parte como jugador, Baldivieso, un cerebral volante creativo, se ha impuesto ahora, en su rol de técnico, la tarea de hacer un recambio en la verde.
Parte de ese proceso son los jóvenes volantes Moisés Villarroel (U de Chile), Sebastián Gamarra (AC Milan, Italia), esta vez ausente, y Erwin Sánchez Junior, hijo del mítico ‘Platini’ Sánchez, gloria del fútbol boliviano.
Sin embargo, también echó mano de experimentados como Martín Smedberg (IFK Goteborg, Suecia) o de naturalizados como el volante argentino Damián Lizio y el defensa brasileño Fernando Martineli.
A pesar de veteranos como su golero-capitán Daniel Vaca, de 37 años, esta selección tiene un promedio de edad de 24,8 años.
Bolivia y Venezuela, junto a Perú, son los coleros de la clasificatoria sudamericana. El local intentará revertir su suerte ante la Vinotinto que, sin embargo, le ha hecho la vida imposible a la verde en los últimos dos partidos en que cosechó un triunfo y un empate.
Las ‘Cenicientas’ del fútbol sudamericano chocarán el jueves en el estadio Hernando Siles de La Paz, bajo las órdenes del juez peruano Víctor Carrillo.