Dos pequeñas embarcaciones improvisadas, amarrados por una soga, salieron de Cuba esta semana llevando en sí a nueve hombres.
Cinco de ellos pisaron tierra en Miami Beach, a la altura de la Calle 65 y la Avenida Collins, la madrugada del sábado. Pero la suerte de la segunda balsa, que los inmigrantes dicen fue acarreada por una fuerte corriente y quedó a la deriva cuando se rompió el cordón, continúa incierta, haciendo que la celebración de los balseros que llegaron al sur de la Florida sea un poco agridulce.
“Espero que estén vivos”, dijo Isvanis Cabrero, de 40 años, uno de los hombres que llegó a tierra firme. “Parecía que había tierra, una isla o algo así, en la dirección hacia la que iban”.
Cabrero dijo que los hombres – todos amigos – partieron de la playa San Jacinto, cerca de Camaguey, el martes y llegaron a Miami Beach cerca de la medianoche del viernes. Cabrero dijo que al momento de romperse la soga ellos intentaron virarse y buscar a la otra embarcación, pero la marejada era muy fuerte y la otra balsa se alejó rápidamente. Entonces ellos decidieron seguir adelante para intentar alcanzar tierra firme.
Los hombres fueron arrestados y trasladados a la estación de la patrulla fronteriza en Dania Beach donde serán procesados y luego entregados a los Servicios Mundial de Iglesias.
Según la política «pies secos, pies mojados», los inmigrantes cubanos que pisan tierra pueden quedarse en el país.
DC|ENH