Desde que este régimen se instaló, no ha hecho otra cosa que mancillar la autonomía universitaria. Pues hoy nos toca salirle al paso al Gobernador del Zulia y a los factores mediocres de la Asamblea Nacional, que agreden a las universidades y promueven su intervención, para traer más oscuridad al país.
No es el primer gobierno que vilipendia a la universidad venezolana, pero ya colma la paciencia el proceso destructivo que impone el actual régimen. Algunos de sus atropellos: viola su autonomía; les reduce el presupuesto como nunca antes, lo cual castra sus condiciones de estudio, docencia, investigación y extensión, deteriora su infraestructura y cercena las providencias estudiantiles; ha cercado su vida democrática al impedir los procesos electorales, tanto estudiantiles como de autoridades a los distintos niveles; auspicia grupos violentos para el chantaje y el terror; impuso su perversa política de crear instituciones paralelas, a las que les queda muy grande el nombre de universidades.
A todo esto, que es el centro de la crisis institucional que viven nuestras universidades, se suma la negativa de aprobar una convención colectiva con los diferentes gremios representativos, que garantice la dignificación del salario y del trabajo, tal como se lo merecen, causando el actual paro de actividades, como mecanismo de presión. Detrás de la actitud terca del régimen, están sus planes maquiavélicos, sacó de la manga la carta de la intervención y así enrarecer el ambiente político nacional.
Hoy más que nunca se requiere de unidad para encarar esta crisis, así como decimos que los problemas del país serán resueltos por los venezolanos, afirmamos que las flaquezas que al interior de las universidades existen, son asuntos que los universitarios atenderán en forma autónoma En ese sentido, hay que salirle al paso al señor Arias, quien agravió a LUZ, comparándola con un retén policial. No se puede ocultar que el flagelo de la violencia y el crimen que satura al país, ha penetrado en las universidades, como un virus maligno, pero éste tendrá que ser extirpado sólo por los universitarios.
Además, no existe ningún argumento que avale una intervención, y sería muy humillante que un gobierno tan corrupto, ineficiente y miserable, acuda a esta acción oprobiosa que sólo traería mayor destrucción al sistema educativo nacional. Hay que impedir que la barbarie, que representa este gobierno, se apropie de las universidades. Bien es sabido que estos seres plagados de conductas mafiosas, terroristas y corruptas, llenaron sus arcas destruyendo todo a su paso, lo hicieron con PDVSA, la CVG, el agro, la industria y la agroindustria, además de las ollas podridas que van apareciendo en todas las instituciones.
Ahora bien, una cosa es el país y otra quien lo gobierna, denunciar lo malo es reivindicar al país, colmado de gente decente, respetuosa y trabajadora. Lo mismo aplica para la Universidad, ella tiene sus fallas, pero puede corregirlas y enfrentarlas, hay que ir a sus principios, insistir en que es la casa que vence las sombras, es la ética por delante, la del conocimiento y la que busca la verdad, es autonomía, ciencia, democracia, pluralismo y es pueblo, esa es la universidad que quieren acabar y sustituirla por su antítesis, el cuartel y el oscurantismo. Por ello, hay que promover la creación de un gran Frente de Defensa de la Universidad integrado por su comunidad universitaria, sus egresados y el personal jubilado. Hay que activarla, recuerden que al régimen le conviene desmovilizada, para sus fines electorales y para su plan intervencionista.
DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila