La rutina se consolida en los patrones de conducta repetidos que cada familia establece y realiza en su vida diaria. Hablamos de horarios y procedimientos, pues es tan importante hacerle entender a los más pequeños el cuándo y cómo pueden hacerlo.
Estos hábitos, que como padres deben inculcar, se relacionan con las comidas y las meriendas, el baño y el aseo personal, las horas para dormir, tomar la siesta y los momentos de estudio o juegos.
Sin embargo, no basta con fijar una serie de normas, debes garantizar que estas se cumplan. El segundo punto dentro de este plan de acción será supervisar que los hijos lleven a cabo de forma adecuada estos hábitos como parte de su rutina.
Recuerda que los niños aprenden de forma muy rápida y que si los guías, apoyas y además eres su ejemplo a seguir, el establecer rutinas será algo muy sencillo.
No olvides que los hábitos si bien son un aprendizaje no se adquieren de forma inmediata, se aprenden repitiendo y practicando. Es por eso que para que el niño sienta que las rutinas son parte de su vida, estas deben establecerse a los pocos días de nacido.
A medida que el bebé va creciendo la rutina diaria se tornará más compleja. Así, al incrementar la complejidad también aumentan las responsabilidades conforme el desarrollo de tu hijo. La idea es que entienda que todo tiene su momento.
Beneficios de la creación de rutinas en tu hijo:
– Aprende a ser responsable y organizado.
– Se siente seguro.
– Desarrolla su confianza.
– Aprende a manejar sus emociones.
– Aprende a ser independiente.
– Aprende a desempeñar su rol en la familia.
– Comprende mejor su entorno.
– Desarrolla el autocontrol.
– No origina conflictos, enfados o castigos innecesarios.
DC/Eme de Mujer