Amnesia International ha publicado en su página una reflexión acerca de cuál es la verdadera forma de ser feliz de los mulsumanes. La cual resulta contradictoria, porque según la “Paradoja Mulsumana”, estos ciudadanos no alcanzan la felicidad en su propia tierra, sino que han logrado establecerse y estabilizarse en los países desarrollados de Europa o de América y aún así culpan a los países donde están viviendo libremente y bien de sus problemas.
Pero no reconocen que en los países donde son gobernados por los musulmanes no son felices y no pueden vivir.
«La democracia es realmente buena para ellos: la democracia, en la que pueden vivir confortablemente, aprovechar la alta calidad de vida, que buena parte de ellos no construyen y no trabajaron para tener. Puede, esa buena parte, mantener sus costumbres, desobedecer las leyes, explotar los servicios sociales, hacer parodias de nuestra política y de nuestros tribunales».
Los musulmanes no están felices.
¿Y dónde los musulmanes están felices?
Ellos están felices en Inglaterra.
Ellos están felices en Francia.
Ellos están felices en Italia.
Ellos están felices en Alemania.
Ellos están felices en Suecia.
Ellos están felices en Holanda.
Ellos están felices en Dinamarca.
Ellos están felices en Bélgica.
Ellos están felices en Noruega.
Ellos están felices en U.S.A.
Ellos están felices en Canadá.
Ellos están felices en Rumania.
Ellos están felices en Hungría.
Ellos están felices en Australia.
Ellos están felices en Nueva Zelandia.
Ellos están felices en Brasil.
Ellos están felices en cualquier país en el mundo no gobernado por musulmanes.
¿Y a quién ellos culpan?
«Generalmente, muerden la mano que los alimenta. Y, además de eso, ellos nunca van a Rusia, Vietnam, Corea del Norte, Cuba o Camboya. La cuestión es contradictoria, paradojal, porque, al mismo tiempo, intentan traer su sistema de vida fallido y transformar a los países que los acogieran en el país que abandonaron…»
Eso es la más absoluta verdad… por eso mismo:
¿Se puede entender?”