El anuncio de la visita de un asteroide a la Tierra suele despertar el miedo en muchas personas, que temen el impacto que este pueda tener sobre el planeta.
Pero en realidad las visitas de meteoritos de no más de un metro de ancho ocurren con frecuencia (a razón de una semana por medio, según la NASA).
Y no suelen representar peligro alguno.
La mayoría de los asteroides se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera y, si queda algún remanente, hay altas posibilidades de que estos pequeños fragmentos caigan en el océano o en zonas deshabitadas.
Pero para los habitantes de un pequeño poblado de Turquía, la llegada de un meteorito a principios de septiembre trajo consigo una inesperada fuente de riquezas.
Rico gracias a la suegra
En las semanas que siguieron a esta explosión en el cielo, los habitantes de Sarıçiçek, una localidad agrícola de 3.200 habitantes en el este del país, comenzaron recolectar del suelo, más por curiosidad que por otra cosa, pequeños trozos de roca.
Y tras la llegada de un académico al lugar, la búsqueda se intensificó cuando los pobladores se enteraron del valor de estos pedazos de piedra, buscados por coleccionistas e investigadores de todo el mundo.
Según medios locales, los residentes de Sarıçiçek han obtenido hasta el momento más de US$350.000 gracias a estas transacciones.
La búsqueda continúa, alentada por los reportes que dicen que algunos han logrado incluso comprar carros o casas con el dinero de la venta de las rocas.
El valor estimado por un gramo de meteorito es de cerca de $60, según señala la página de internet local Haberturk.
El más afortunado hasta la fecha es Hasan Beldek, un hombre de 30 años que encontró un pedazo de 1,5 kg después de que su suegra le insistiera que saliese a buscar rocas como los demás.
«No podía aguantar más así que salí a probar suerte», le dijo a Haberturk. «Busqué por tres o cuatro horas. Y luego vi una piedra de color negro brillante más grande que un puño, que me estaba mirando».
Beldek ya rechazó ofertas de hasta $120.000 porque cree que puede ganar aún más y dice que el dinero que recaude lo usará para abrir una pastelería con sus hermanos en Estambul.
Esta no es, en cualquier caso, la primera vez que un meteorito da pie a una verdadera «búsqueda de tesoros».
Un episodio similar tuvo lugar en la región de Chelyabinsk, en el centro de Rusia, en 2013, después de que un asteroide cayera en un lago, no sin antes desperdigar numerosos fragmentos por toda el área.
Más de 1.000 personas resultaron heridas tras la caída de este objeto de cerca de 19 metros de ancho y una masa de 10.000 toneladas
Y en ese momento, un científico explicó que aunque los minerales en el fragmento de roca no tuvieran mayor interés para los científicos, son objetos aún muy valorados por los investigadores y coleccionistas.
DC|BBC