1. Si te levantas a media noche, lo primero que haces es revisar tu teléfono.
Quizá sólo quieres checar la hora, pero en cuanto lo prendes te distraes con alguna notificación y acabas quedándote en tu celular 10 minutos.
2. Si estás sola, tienes pegado el celular a la mano.
Es como un mecanismo de defensa, porque prefieres que te vean revisando tu teléfono a que te vean sola sin nada que hacer.
3. Te da un ataque de pánico cuando la batería baja del 30%
¡Alerta roja! ya no podrás revisar tu teléfono a gusto sin pensar que en cualquier momento ¡se apagará!.
4. Nunca jamás tiene suficiente espacio.
Ya sea que tengas millones de fotos, apps, música o mensajes, nunca te quedan los GB suficientes para seguir descargando cosas.
5. Dada la situación, prefieres perder tu cartera que tu teléfono.
Chance porque es más barato reemplazar las tarjetas de crédito que tu celular caro… o chance sólo eres adicta a él.
6. No puedes empezar el día sin antes checar Twitter, Facebook e Instagram.
Usualmente lo primero que haces al despertar es revisar tus redes sociales.
7. Aunque no tengas notificación y acabes de revisarlo, siempre lo volverás a ver.
Ya sabes que no hay nada nuevo, sólo no puedes dejar de agarrarlo.
8. Cuando te dicen que vas a tener una cena «libre de teléfonos».
¡Te da la peor ansiendad! Claro, quieres platicar con tus amigos, pero, ¿no revisar tu celular en 2 horas? Sientes que mueres.
9. Lo llevas al baño contigo.
Obvio, ¿quién se mete a bañar sin su teléfono?
10. Te da un micro infarto cuando no lo encuentras.
Ese mini segundo que no lo puedes encontrar en tu bolsa es como si fuera el fin del mundo.
DC|Cosmo en Español