En el sureste asiático, donde está la mano de obra más barata del planeta, miles de personas reclamaron mejores condiciones de trabajo, igual que muchos trabajadores de Latinoamérica luchan por salir de la precariedad y el empleo informal.
Miles de filipinos salieron a las calles en Manila y en otras ciudades para pedir un aumento del salario mínimo, mientras en Indonesia, los sindicatos calcularon que unas 80.000 personas participaron en la concentración organizada en Yakarta.
En Camboya la gran manifestación reivindicativa se llevó a cabo en Phnom Penh, donde, igual que en otras ciudades la principal reclamación es el aumento del salario mensual de 80 dólares a 150.
La conmemoración del día se tiñó de violencia en Estambul, donde hubo decenas de heridos y 72 detenidos en enfrentamientos con manifestantes que se dirigían a la céntrica plaza de Taksin, donde se había prohibido la tradicional concentración.
En Rabat, el sindicato del partido nacionalista Istiqlal (PI), que forma parte del Ejecutivo marroquí, sacó a la calle a miles de personas que criticaron al Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que lidera la alianza gubernamental, y la ruptura del diálogo social.
Túnez dedicó el Primero de Mayo a homenajear al líder de izquierdas Chukri Bel Aid, asesinado el 6 de febrero, en una manifestación multitudinaria convocada por la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Una huelga general fue la respuesta de los ciudadanos de Grecia en este día reivindicativo, como protesta contra los nuevos recortes aprobados por el Parlamento.
Decenas de miles de personas desfilaron por las calles de muchas ciudades de España en una jornada que llega con el peor dato de desempleo de la historia nacional: 6,2 millones de personas, el 27,16 % de la población activa.
Los sindicatos franceses celebraron el día divididos y en lugares distintos, con manifestaciones que reunieron a miles de personas y que confirmaron sus diferencias sobre la política gubernamental.
Francia exhibe cifras de desempleo récord desde marzo pasado, cuando alcanzó los 3,22 millones de personas sin trabajo.
En las ciudades alemanas de Berlín y Fráncfort manifestantes de izquierda salieron al paso, con acciones de bloqueo y sentadas, de las marchas convocadas por el ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD), sin mayores incidentes.
En Cuba, el presidente, Raúl Castro, presidió el desfile por el Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución de La Habana, en una jornada donde los trabajadores estaban llamados a homenajear al fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez.
A su vez, la presidenta argentina, Cristina Fernández, felicitó a los trabajadores por medio de su cuenta de Twitter y prometió «seguir batallando por un mundo diferente, donde el trabajo vuelva a ser el gran organizador social.»
En Chile miles de personas salieron a las calles para exigir una reforma tributaria, un nuevo sistema de pensiones y regulación laboral, en una marcha empañada por disturbios, al enfrentarse centenares de jóvenes con los carabineros.
En Venezuela, el Primero de Mayo no escapa a la crispación política que reina en el país desde las elecciones del 14 de abril, ganadas con un estrecho margen por Nicolás Maduro, y vuelve a presentar hoy marchas separadas del chavismo y de la oposición.
Y en Bolivia, el presidente Evo Morales celebró el Día por primera vez en la ciudad oriental de Santa Cruz, en una manifestación junto a simpatizantes y sindicatos afines.
Las principales ciudades de Colombia fueron escenario de marchas de miles de trabajadores en demandas de mejores salarios en un país donde gran parte de la población activa trabaja en la economía sumergida, según fuentes sindicales.
Las preocupaciones por el repunte de la inflación y la propuesta sindical para que el reajuste de los precios sea automáticamente indexado a los salarios centraron los debates en el principal acto de conmemoración del Primero de Mayo en Brasil.
El PIT-CNT, la central obrera única del Uruguay se manifestó en el centro de Montevideo en un acto el que se pidió impulso para terminar con los salarios bajos y desarrollar una nueva industria nacional.
Según las últimas estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay más 197 millones de desempleados en todo el mundo, quienes representan el 5,9 % de la fuerza laboral.
Desde que empezó la crisis económica, el incremento total del desempleo ha sido de 28 millones de personas, de las que 4,2 millones perdieron su trabajo en 2012.
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