La búsqueda iniciada hace tres días, está a cargo de 15 personas pertenecientes a las cuadrillas de salud ambiental, epidemiología del Instituto de Salud Agrícola Integral, dependiente del Ministerio para la Agricultura y Tierras (Insai).
Precisó que aunque todavía no se conocen casos de personas que estén en contacto con el caracol, recomienda a la comunidad que si consiguen algún molusco africano no lo toque. "Lo mejor es colocarse guantes y tener cuidado a la hora de manipularlos". Advirtió que en ningún caso pueden tenerlos como mascotas, porque liberan una encima en la baba que al contacto con la piel produce dermatitis y enfermedades como meningoencefalitis, peritonitis y meningitis.
Moreno exhortó a toda la población a no confundir a la peligrosa especie con el caracol normal, también llamado Guacala que es de superficie lisa y opaca. A diferencia de este último que es inofensivo, el africano es de superficie rugosa, presenta un rayado y su color es menos llamativo.
Una pequeña muestra de caracoles africanos son enviados a un laboratorio de Malacología en Maracay, estado Aragua, mientras que los restantes son envasados en frascos de vidrio con orificios. Les colocan sal y se esperan 30 minutos hasta que mueren y luego son incinerados.