Ecuador abrirá el jueves la puerta para que el presidente Rafael Correa, que termina su mandato en 2017, pueda volver al poder de forma indefinida a partir de los comicios posteriores, previstos para 2021.
Tras dos años de polémicos debates y manifestaciones opositoras,la mayoría oficialista del Congreso se dispone a aprobar una enmienda constitucional que contempla la reelección sin límites, modificada a última hora por el propio Correa para excluir de las elecciones de febrero de 2017 a aquellos que lleven dos períodos, como es su caso.
Desde que empezó a hablarse de la reelección indefinida, Correa, presidente desde 2007, ha dicho que él no querría presentarse a las presidenciales de 2017, aduciendo motivos familiares y académicos.
Con esta jugada, el mandatario quedaría facultado para presentarse a otro cargo o volver a postularse a la Presidencia a partir de 2021 de manera indefinida.
Si la Corte Constitucional no rechaza la enmienda, Ecuador se convertirá en el tercer país latinoamericano en aprobar la reelección indefinida, tras Venezuela y Nicaragua.
Fuentes de la Asamblea Nacional dijeron que esa y otras 15 enmiendas a la Constitución se debatirán el jueves desde las 07H00 (12H00 GMT) y que la votación podría ser entrada la noche, en una jornada en la que se espera que se reanuden las protestas en Quito y otras importantes ciudades.
El oficialismo ha convocado a sus partidarios a concentrarse en las afueras del Congreso, en el centro de Quito, mientras que la oposición, cuyo núcleo duro son sindicatos y colectivos indígenas, lo hará en un parque aledaño a la sede del legislativo unicameral, que estará protegida por un cordón policial para evitar enfrentamientos.
Ambos grupos opositores, que se debaten entre votar en referéndum cualquier tema relativo a la reelección y archivar el proyecto de enmiendas, llamaron a un paro nacional a partir del jueves, a pesar de que sus últimas protestas han tenido una pobre participación.
Escenarios y ‘muerte cruzada’
Varios escenarios se plantean con esta situación, según analistas. Por una parte, que la Corte Constitucional declare no procedente la modificación de la enmienda propuesta por Correa para impedir su postulación en 2017, con lo cual el mandatario podría verse «forzado» por sus seguidores a presentarse.
Por otro lado, la Corte puede aceptar la enmienda. En ese caso, Correa podría igualmente ser candidato a la Asamblea.
«Yo no veo a Rafael Correa fuera de la política ecuatoriana. Va estar al frente por lo que le quede de vida hábil», explicó Simón Pachano, profesor de Ciencias Políticas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Pachano agregó: «Si se presenta a la Asamblea, gobernaría el país en caso de que alguien de su partido ganara la presidencial o sería un muy fuerte obstáculo para la gobernabilidad de un presidente de signo contrario».
Con sólidos niveles de popularidad a pesar de una delicada situación económica por la abrupta caída del petróleo, Correa -partidario de la reelección indefinida- no ha desvelado todavía si seguirá trabajando para perpetuar su «revolución ciudadana», o se apartará para dedicarse a su familia y a su carrera académica en el ámbito de la economía.
«Aunque está muy preocupado por el futuro del proyecto político, siempre nos ha demostrado que para él la familia es lo más importante», expresó una colaboradora de su gobierno, en condición de anonimato.
Sin embargo, el mandatario ha advertido que si la oposición fuera mayoría en la Asamblea, su partido -de ganar la presidencia en 2017- echaría mano de la «muerte cruzada», una figura de la Constitución que permite al presidente disolver el Congreso bajo ciertos escenarios, lo cual supondría anticipar las elecciones tanto presidenciales como legislativas.
«Si la oposición nos quiere volver al viejo país de la ingobernabilidad, del chantaje, del sometimiento, pues hay muerte cruzada o esperamos al 2021, y ahí nos vemos nuevamente en las urnas. El terror de que vuelva Correa, va a hacer que se porten algo bien, algo decentemente», dijo recientemente.
Correa ha sugerido incluso a sus posibles sucesores dentro del oficialismo: el exvicepresidente Lenin Moreno, favorito en las encuestas, y el actual vicepresidente Jorge Glas.
DC | AFP