El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, anunció este miércoles en rueda de prensa que acepta una de las 18 peticiones de juicio político (impeachement) contra la presidente Dilma Rousseff.
La solicitud para destituir a Rousseff acusa a la presidente de haber realizado maniobras fiscales irregulares para ajustar las cuentas de su Gobierno en 2015.
Cunha aclaró a los periodistas que su rúbrica inicia el proceso de impeachement, pero que la decisión de aceptar el pedido la toma en última instancia una comisión especial de diputados, constituida para tal efecto.
Si la comisión acepta el trámite, la Cámara Baja del parlamento brasileño la someterá a voto en plenaria. Destituir a la presidente de Brasil requeriría que al menos dos tercios de la Cámara voten a favor de la moción (342 de los 513 diputados de que está compuesta la Cámara).
De acuerdo al político, no pudo encontrar ninguna objeción para rechazar la acusación y afirmó lamentar haber autorizado un proceso que, en su opinión, el país necesitaba enfrentar.
“No hago esto con ninguna felicidad, sé que es un gesto delicado en un momento en que el país atraviesa una situación difícil” desde el punto de vista tanto económico como político, añadió Cunha.
El político expresó también que su decisión no tiene nada que ver con la investigación de corrupción en la que el propio Cunha está envuelto en relación al escándalo de Petrobras. “No lo hago por motivación política”, aseguró.
El paso inicial para un eventual juicio político a la presidente, cuya gestión es aprobada apenas por un 10% de la población, sumerge a la séptima economía del mundo en una crisis de final incierto tras un año turbulento.
DC|Agencias