Científicos estadounidenses anunciaron este jueves el nacimiento de los primeros «cachorros probeta», fruto de la fecundación in vitro, después de años de intentos.
Este técnica consiste en la fertilización de los óvulos por parte de los espermatozoides fuera del cuerpo de la madre.
Una vez fecundados, se colocan en el útero para que continúen con su desarrollo hasta el parto.
Y el hecho de que resulte exitoso en animales allana el camino para la conservación de especies en peligro de extinción.
Además ayuda en la lucha contra enfermedades humanas y animales, señalaron los investigadores que llevaron a cabo el proceso en la Universidad de Cornell de Nueva York, Estados Unidos.
En esta ocasión los perros, siete cachorros de raza mixta, spaniel y beagle, nacieron de una madre de alquiler.
Pertenecen a la misma camada, pero tienen tres padres distintos.
Tres obstáculos
Para lograr su objetivo, los científicos tuvieron que hacer frente a tres obstáculos particulares de la fecundación de los perros.
El primero fue extraer óvulos del animal.
A diferencia de otros animales, los ovocitos una vez producidos necesitan madurar durante un tiempo en el tracto reproductor de la hembra.
El equipo de Cornell fue midiendo los niveles hormonales de los animales.
Y teniendo eso en cuenta, extrayó óvulos en varias ocasiones para decidir cuál era el día óptimo para su fecundación.
Con ese método, observaron que los ovocitos con seis días eran los que mayor probabilidad tenían de ser fertilizados.
Para sortear la segunda dificultad, los investigadores simularon el entorno del tracto reporductor de la hembra para facilitar la fecundación.
Lo lograron tras añadir magnesio al cultivo cecluar en el que prepararon el semen.
Y para solucionar la tercera particularidad, usaron una técnica que ya tuvo éxito en 2013 y con la que se consiguió dar a luz a un cachorro en 2013.
Con ella congelaron los embriones generados por la unión de los óvulos y los espermatozoides.
Una vez congelados, los expertos pudieron acertar a insertarlos en la hembra durante el ciclo reproductivo de ésta.
Y eso ocurre una o dos veces al año.
Siete de 19
A la madre de alquiler le fueron insertados 19 embriones.
Y de ellos nacieron siete cachorros sanos.
El alumbramiento tuvo lugar en verano pero lo guardaron en secreto hasta anunciarlo oficialmente a la comunidad científica.
Y lo hicieron a través de la revista Plos One, en la que se publicó el estudio.
«Tenemos siete cachorros normales y felices», dijo a la BBC el doctor Alex Travis, líder del estudio y miembro del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell.
Sus nombres son Ivy, Cannon, Beaker, Buddy, Nelly, Red (rojo) y Green (verde).
A todos menos a uno les han encontrado ya casa.
«Desde mediados de la década de 1970 la gente ha intentado hacer esto con perros y no ha tenido éxito», recordó.
«Ahora podemos usar esta técnica para conservar la genética de las especies en extinción», añadió.
Además la fecundación in vitro (FIV, o IVF por sus siglas en inglés) «es también importante para la salud de nuestras mascotas porque nos abre la posibilidad de identificar ciertos genes que causan enfermedades y después erradicarlos» con técnicas de edición de genes.
DC|BBC