Veinte presuntos yihadistas, acusados de formar una de las más peligrosas redes desmanteladas en Francia en los últimos años, serán juzgados por un tribunal especial, entre otros cargos por el ataque con granada de una tienda judía cerca de París, indicaron el lunes a la AFP fuentes judiciales.
Ese ataque, perpetrado el 19 de septiembre de 2012 en Sarcelles (periferia de París), causó un herido leve. Durante la investigación, la policía descubrió otros proyectos de atentados preparados por esa red y envíos de yihadistas a Siria.
De los 20 acusados que serán juzgados por el tribunal especial, diez están en detención provisional, siete están libres bajo control judicial y tres son objeto de una orden de captura. Se cree que dos de ellos se encuentran en Siria.
Según la investigación, los líderes del grupo eran dos conversos: Jérémie Louis-Sidney, muerto el 6 de octubre de 2012 en la operación de la policía para detenerlo en Estrasburgo (nordeste), y Jérémy Bailly.
El ADN de Jérémie Louis-Sidney fue encontrado en el resorte de la granada lanzada contra la tienda de alimentación judía de Sarceles.
En un garaje utilizado por Jérémy Bailly, la policía encontró material explosivo, armas y municiones.
En los interrogatorios, Jérémy Bailly no ocultó su proyecto: «fabricar una bomba» para utilizarla contra «militares o sionistas», dijo, según una fuente cercana al caso.
En junio de 2013, la investigación dio un nuevo giro cuando la policía descubrió un proyecto de atentados contra militares previsto para ser ejecutado diez días después.
Entonces, fue detenido Meher Oujani, nacido en 1988, y que negó todo proyecto de atentado. Tres hombres escaparon a la redada organizada a fines de 2012. Habían partido hacia Siria tres días antes.
Dos de ellos regresaron, Ibrahim Boudina y Abdelkader Tliba, y fueron detenidos finalmente a principios de 2014. Son inculpados de un proyecto de atentado cuando regresaron a Francia.
En el edifico de Mandelieu-La-Napoule (sureste) en el que vivía Boudina, se encontraron dos cargadores llenos y explosivos.
El tercero, el que se quedó en Siria, habría ascendido en la jerarquía de los yihadistas francoparlantes del grupo Estado Islámico.
DC|AFP