Hay platos que vienen bien todo el año. El risotto y la palella son dos ejemplos. Ya sea invierno o verano, haga frío o calor, se trata de dos manjares siempe tentadores. A continuación, algunos tips para preparar a la perfección platos en los que el arroz es el protagonista principal.
1. Usar el tipo de arroz adecuado. Primero y principal: qué arroz usar. Las variedades con gran contenido de almidón e hidratos, de tamaño medio, ni largos, ni cortos, son perfectas: mientras se los cocina, se rompen y, de esta manera, absorben los sabores de los fondos de cocción y toman color.
Para las paellas, los mejores son los bomba; para los arroces al estilo español, la sugerencia es el carnaroli; y para los risottos, algún grano italiano, como vialone nano, arborio o el mismo carnaroli.
2. Cocerlos en la sartén correcta. Para la paella es ideal usar la paila, el utensilio al que la paella debe su nombre. Se trata de una sartén sin mango y con dos asas, no muy honda y de fondo llano, que permite que la preparación tome calor rápidamente y se reparta de forma pareja.
Esto ayuda a que el arroz no se pase y a que se forme el socarrat, ese arroz tostado que queda pegado en el fondo gracias a la caramelización de las grasas y azúcares disueltos en el caldo. Para arroces y risottos, en cambio esa sartén que tenemos en casa y que nunca falla, donde los ingredientes no se pegan es suficiente. Si es de teflón, mejor.
3. Comenzar la cocción en el momento indicado. En las paellas, el arroz comienza a cocerse desde un fondo líquido, mientras que para los arroces y risottos, primero debemos sellar los granos.
Una paella se inicia con un fondo de cebolla, ajo, sofrito de tomate, siguiendo con la incorporación de especias, guisantes, carnes trozadas y selladas (cerdo, pollo, conejo, pescado). Luego, se añade un buen fumé de pescado, caldo de verdura o gallina (o los tres juntos).
Para el risotto, en cambio, el caldo caliente se agrega poco a poco: no hay que excederse con él, pero tampoco dejar que se evapore. Hay que revolver constantemente hasta que esté cocido, al dente y, a la vez, cremoso.
4. Terminar el plato con estilo. En en caso de la paella, una vez incorporado el arroz y distribuido de forma pareja sobre la paila, no se toca. No hace falta revolver. Al llegar a hervor, el fuego se baja hasta lograr un arroz cocido, desgranado y muy saborizado.
La paella perfecta será una con arroz al dente y el socarrat en el fondo. En el caso de los risottos, se termina agregando manteca y un buen queso como Parmesano. En el caso de los arroces, no es necesario revolver constantemente y, en general, se los termina con aceite de oliva o un aceite aromatizado, aunque la manteca y el queso también pueden dar el toque final.
5. No olvidarse de utilizar estos ingredientes. Siempre se debe agregar alguna especie para darle fuerza a un arroz y no siempre deben ser las más caras como el azafrán: se puede usar cúrcuma -con cuidado, porque es muy fuerte-, pimentón o las tres juntas.
Especialmente en platos con conejo, caracoles, langostinos o cerdo. Los risottos también pueden ser especiados, pero lo usual es elaborarlos con algún ingrediente que les de color y sabor, como un puré de calabaza, remolacha o perejil, por ejemplo.
Es decir, aquí se combina un buen caldo con un producto que de color y sabor. En cambio, en los arroces a la manera española, se combina un buen caldo con especias. En el caso de la paella, no pueden faltar los guisantes, como chauchas y arvejas, la cebolla, el ajo, más especias a elección.
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