La polémica fuga de tres condenados a prisión perpetua en una cárcel de máxima seguridad por un triple asesinato en 2008 provocó hoy un cruce de acusaciones políticas entre el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y la oposición, mientras continúan las investigaciones.
Según fuentes policiales, Víctor Schillachi y los hermanos Cristian y Martín Lanatta salieron por la puerta principal de la prisión tras reducir a varios funcionarios haciendo uso de una pistola de madera, por lo que no se descarta que pudieran haber sido ayudados por el personal penitenciario.
Como primera medida, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, cesó de forma inmediata a la cúpula del Servicio Penitenciario bonaerense (SPB) y a su titular, Florencia Piermanini.
Este recambio, sin embargo, ya había sido anunciado por la titular del Gobierno de la provincia días atrás.
Una de las hipótesis que se manejan es que la fuga es una represalia de la cabeza del SPB por la anunciada destitución, algo que sugirió hoy la diputada y presidenta del partido GEN, Margarita Stolbizer, al asegurar que el movimiento de Vidal fue “un pecado de ingenuidad”.
Según esta teoría, que fue rechazada por la gobernadora bonaerense, funcionarios del penal General Alvear habrían ayudado a escapar a los reos, que huyeron con gran parte de las cámaras de vigilancia apagadas.
“Hay que investigar las posibles incitaciones políticas a esta fuga que no ha sido planeada de un día para otro”, dijo en un comunicado el Frente Renovador, liderado por el peronista disidente Sergio Massa.
El ministro de Seguridad de la provincia, Cristian Ritondo, admitió en declaraciones a una radio local que le parece verosímil la hipótesis de que “el dinero del narcotráfico” haya permitido “que algunos se distraigan” para facilitar la fuga, aunque no descartó la posibilidad de que hubieran contado con ayuda interna para escapar.
De momento, el fiscal que investiga la causa, Cristian Citterio, no ha pedido la imputación de ningún trabajador de la prisión.
Algunas sospechas han vuelto a recaer sobre el ex jefe de Gabinete argentino y rival de Vidal en la campaña electoral por la Gobernación bonaerense, Aníbal Fernández, quien fue acusado ya en aquel momento por Martín Lanatta de estar involucrado en el asesinato por el que fueron condenados él y sus dos compañeros.
La acusación perjudicó la candidatura de Fernández, del Frente para la Victoria, quien fue derrotado contra todo pronóstico por la actual gobernadora.
Fernández volvió a desmentir hoy cualquier implicación en el asesinato. “No los conozco”, afirmó a medios locales en referencia a los condenados.
Unos 600 agentes de la Policía Federal y bonaerense, de Interpol y de la Agencia Federal de Inteligencia participan en la búsqueda de los prófugos en la ciudad y sus alrededores, según informaron ayer fuentes policiales a la agencia oficial Télam.
Además, se ofrece una recompensa de dos millones de pesos (150.375 dólares) a quien aporte información que permita localizar a los condenados.
Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci fueron condenados a prisión perpetua por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, involucrados en una red de tráfico de efedrina.
Los hermanos Lanatta ya protagonizaron un intento fallido de fuga en diciembre de 2013.