Impulsor del derrocamiento de Pérez Jiménez invita a no tener miedo a los cambios futuros (Vídeo)

En el marco del aniversario número 58 de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el  miembro de la Junta Patriótica (1957 – 1958) que impulsó el derrocamiento, Enrique Aristeguieta Gramcko, se dirigió al país en un incendiario discurso.

«Venezolanos, hoy 23 de enero se cumple un año más del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Fue un 23 de enero de 1958 cuando el pueblo, con el concurso de los partidos políticos, sindicatos, gremios, estudiantes y miembros de la Fuerza Armada pusieron fin a un régimen de terror y dieron comienzo a una democracia estable y duradera», inició el político.

Reveló que en aquel instante, los participantes en el derrocamiento prometieron que aquella sería la última dictadura. «Lamentablemente no es así y hoy padecemos de hace 17 años la más cruel, despiadada, incapaz y maligna tiranía de nuestra historia. A diferencia de las otras, esta ha hipotecado al soberanía de la nación, destruyendo el aparato productivo y sumiendo el país en la ruina económica, enfrentando hermanos contra hermanos y entregando el poder a personas descalificadas moral y profesionalmente», dijo.

«A parte de someternos al castrocomunismo, se ha saqueado el tesoro nacional, destrozado la industria petrolera, violado a diaria los derechos humanos, mientras se nos vincula al narcotráfico y terrorismo internacional», lamentó.

Manifestó que «hoy es más urgente que hace 58 años poner fin a la actual situación, para dar comienzo a la reconstrucción nacional». No obstante, señaló que dicha reconstrucción no será posible mientras Nicolás Maduro presida el gobierno y continúe con la aplicación de denominado «socialismo del siglo XX», causa principal de la problemática que atraviesa Venezuela.

En este sentido, explicó que para conseguir un cambio de gobierno se necesitan dos documentos: el acta de defunción de Hugo Chávez y el acta de nacimiento venezolana de Maduro. Tarea que debe ser asumida por la Asamblea Nacional, «único poder de indiscutible legalidad y legitimidad».

«No tengamos miedo, confiemos en nuestro futuro y hagamos del 2016 el año de la liberación. Dios está con nosotros», finalizó.