espués de múltiples ensayos fallidos con enroques en el gabinete económico y semanas de espera por unas medidas económicas «salvadoras» que no terminaban de llegar, el pasado miércoles 17 de febrero vimos al Presidente de la República en una larga y tediosa cadena de radio y televisión, en la cual, no falto la acostumbrada sarta de improperios y descalificaciones a diestra y a siniestra, anunciar un conjunto de medidas que solo resumen un plan fiscalista, que tienen cómo única finalidad tratar de conseguir más bolívares para aumentar los ingresos del gobierno nacional, y mayor pobreza para el noble pueblo venezolano.
Maduro le anunció al País una nueva devaluación de la moneda nacional, para conseguir más bolívares por dólar y pasa de una tasa de cambio preferencial de 6,30 a 10,00 Bolívares por dólar, elimina la tasa SIMADI y deja una tasa de cambio no preferencial «flotante» fijada en 200,00 Bolívares por dólar pero mantiene el control de cambio, propicio caldo de cultivo para la corrupción.
Los venezolanos en su inmensa mayoría no tenemos acceso a ese dólar preferencial que adjudica el gobierno y que se consigue con facilidad colocarlo en un mercado paralelo logrando exorbitantes ganancias, para unos pocos enchufados.
Al final, el gobierno se ve obligado a aumentar la gasolina, medida postergada durante años, lo hace en un momento, donde la tasa de inflación es la más grande de la historia del país, arrinconando a los venezolanos a vivir en medio de una profunda crisis humanitaria. Cuyos resultados negativos ya comenzaran a profundizarse en el bolsillo de los venezolanos, que no aguantamos más tantas improvisaciones.
Se nos anuncia con bombos y platillos que a partir del primero de marzo entrará en vigencia un aumento al salario mínimo de un 20% equivalente a unos 11.000 Bolívares al mes y un incremento del bono alimenticio de unos 13.000 Bolívares mensuales, es decir un total de ingresos mensuales mínimos de aproximadamente 24.000 Bolívares. Con una canasta básica alimentaria, que sobrepasa los 100.000 Bolívares mensuales. Sin aumentarle el salario al resto de los trabajadores venezolanos, profesionales y técnicos que también sufren los embates de la crisis y que su ingreso mensual está por debajo del salario mínimo. Por cierto un salario mínimo que a la tasa «flotante» de 200 Bs/$ es equivalente a 124 dólares por mes, el más bajo de la región y uno de los más bajos del mundo.
En ningún momento escuchamos al Presidente de la República decir cómo van hacer para incentivar la producción nacional, no dijo nada sobre la necesidad de otorgar créditos a los agricultores venezolanos para producir alimentos, ni qué medidas van a tomar para que aparezca la comida y las medicinas en los anaqueles, ni que acciones van a poner en práctica para combatir la delincuencia, ni cómo van a dotar los hospitales y ambulatorios del país.
A éste gobierno se le acabaron las excusas, los culpables y las manipulaciones con las cuales han pretendido seguir engañando a los venezolanos. El pueblo quiere soluciones.
DC / Freddy Paz / Diputado AN / @freddyspaz