Un equipo de ingenieros estadounidenses creó una piel artificial súper extensible, inspirada en la piel de los pulpos, que puede revolucionar el mundo de la robótica y de las tecnologías «para vestir», según publicó la revista de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias.
La nueva piel artificial se puede estirar hasta el 500 % de su superficie original, según el hallazgo del equipo de investigadores de la Cornell University, en la isla de Ítaca, al norte del estado de Nueva York.
La «piel de pulpo» abre un nuevo horizonte de posibilidades en la llamada industria de la «electrónica blanda» en la que se incluyen los aparatos que se pueden incorporar a la vestimenta, como el Smartphone en forma de reloj así como múltiples accesorios innovadores.
El tejido puede estirarse, sentir la presión y emitir luz, con lo que alcanza el mismo nivel de multifuncionalidad igual a la piel de los pulpos, según la AAAS. Así, el mundo tecnológico supera con creces todos los anteriores prototipos tanto en sus cualidades como en las aplicaciones que se desprenden de ella.
La línea de investigación centrada en la llamada «señalización óptica» también podría dar un vuelco, ya que el nuevo tejido es capaz de emitir luces de múltiples colores, a partir de una matriz de cálculos que lleva incorporada. Los robots prototípicos en los que se ha implementado la piel de pulpo se deslizan por el suelo como si de una culebra se tratara, para exprimir el potencial del tejido, que se expande y contrae en sentido lineal.
La resistencia está garantizada por mucha fuerza que se ejerza sobre estos robots, gracias a un sistema de detección electromagnética de la presión que reduce la vulnerabilidad.
No es la primera vez que los científicos “copian” a los cefalópodos. Un equipo de la Universidad de Harvard desarrolló hace unos años un robot flexible como los calamares que puede arrastrarse, gatear, ondularse y apretujarse bajo los obstáculos. El robot era tan elástico que podía contraerse hasta pasar por debajo de un cristal elevado 2 cms sobre el suelo. Además, otro equipo de la Universidad de Bristol diseñó en su día otra piel artificial capaz de cambiar de color con tan solo apretar un interruptor, imitando también a estas criaturas y con el objetivo de confeccionar telas inteligentes que sirvan de camuflaje a los militares.
DC | Agencias