Renuncia, Calle y Revocatorio. Por Douglas Zabala (@douglazabala)

Al primero que por estas tierras se le solicitó la renuncia en tiempos de imperios y colonias, fue al célebre representante de la Corona Española, Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan, cuando Simón Bolívar, Tomás Montilla, José Félix Ribas y  Martín Tovar, entre otros, se reunieron a las tres de la madrugada en la casa de José Ángel Álamo, para coordinar todo lo previsto y resuelto, tal como sucedió, aquel jueves santos del 19 de Abril de 1810. Y al último que se le solicitó la renuncia, la cual aceptó, al decir de su Ministro de la Defensa, el General Lucas Rincón, fue al desaparecido Hugo Chávez, corresponsable directo de la renuncia exigida ahora con mucha fuerza por el sentir popular a Nicolás Maduro Moros.

A pesar de ser el primer gobierno de la era democrática y haber conformado su gabinete con prominentes hombres como Juan Pablo Pérez Alfonzo, Mariano Picón Salas, Rafael Pizani, Andrés Aguilar, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arnoldo Gabaldón, Ramón J. Velásquez, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, José Antonio Mayobre y Leopoldo Sucre Figarella, entre otros, a Rómulo Betancourt, le llenaron las calles de Caracas con el famoso RR que significaba Rómulo  Renuncia; de manera que aquí nadie debe asombrarse y pensar que solicitarle la renuncia al incapaz,  es golpismo o violar el Estado de Derecho, ya que esta salida, surgida desde los primeros días de la República, hoy existe en la Constitución.

En las colas hay frustración, en los bolsillos de la gente desolación y en las calles reina la inseguridad. Estos monstruos endemoniados asechan y atormentan el alma nacional. Nunca antes los venezolanos habíamos sido sometidos a un martirio simultáneo, obligándonos a cargar con él, como si se nos hubiese venido encima un castigo  por no haberle hecho caso a tantos venezolanos de bien, cuando nos alertaban de la tragedia que viviríamos si no éramos previsible en esos llamados cuando  Arturo Uslar Pietri,  nos hablaba de  sembrar el petróleo. Sólo bajo esta era del chavismo, quienes hoy se rasgan la vestidura con el cuento del rentismo, dilapidaron  más de 300 mil millones de dólares proveniente de la renta petrolera.

Quienes votaron el 6D  a favor de los candidatos de la MUD nunca lo hicieron porque Sutanito o Perencejo, tenían el mejor perfil y hacían la propuesta más acertada para su programa legislativo. ¡No! lo hicieron convencidos de hacerlo de la forma como lo dejaron plasmado en la maquinita, porque así le harían saber a Nicolás y su gobierno, el  hastío y la arrechera sentida por las penurias sometidas.  Lo hacían pensando en un cambio en la forma de gobernar de los Ministros y todo cuanto burócrata tiene responsabilidad en el desastre existente; pero además refrendaron esa votación de más de siete millones de rechazos, porque en el caso de no provocar con ello los cambios necesarios, los botarían de Miraflores.

Ellos lo saben. Sienten el rechazo en la calle, en la forma como los medios han ido soltando sus miedos, saben que no hay retorno y por eso se aferran a los que les dejó el principal causante de esta crisis. Están aislados y atrincherados con su Tribunal deslegitimado y su cúpula castrense comprometida hasta los tuétanos con la corrupción y el narcotráfico. Saben que sus cinco millones de electores, quienes todavía hace tres meses lo acompañaban, hoy se les han ido como agua entre los dedos.  Por eso apelan al terror, al bodrio de la inconstitucionalidad, al disparate de la agricultura urbana y al “descubrimiento” de un arco minero para seguir reeditando el rentismo estatal, una vez destrozada la arquería  petrolera.

De nuevo se abre la posibilidad de empujar duro hacia la Venezuela deseosa del cambio.  La Asamblea Nacional  analiza y avanza hacia una propuesta de Enmienda Constitucional, para acortarle el tiempo a este caótico gobierno y convocar otra elección presidencial;  los salidistas de ayer hoy convocan de nuevo a la calle exigiendo la renuncia inmediata de Maduro. Todas estas salidas están llenas de incertidumbres, pero el Referéndum Revocatorio es el único camino que no depende ni de la voluntad del Presidente ni del TSJ.  Impulsar el Revocatorio desde la calle exigiendo la renuncia de Nicolás, depende de la iniciativa popular, y en ella hay que jugárselas todas, porque aquí nadie aguanta más.

 

DC / Douglas Zabala / @douglazabala

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...