Las bombas que el Estado Islámico utilizó para atentar en Bruselas estaban armadas para ser lo más mortíferas posible. Según Marc Decramer, administrador del hospital universitario Gasthuisberg de Lovaina, la mayor parte de las víctimas que trataron allí presentaban heridas que indican que las bombas contenían tornillos para causar el mayor daño posible.
La estrategia de los yihadistas para causar aún más destrucción de la que ya causa una bomba por sí sola se confirmó con los hallazgos de uno de los allanamientos. Allí, las autoridades encontraron otra bomba y ésta también estaba llena de clavos.
La redada se produjo en el barrio Schaerbeek, la misma zona de Bruselas donde se fabricaron los explosivos para atentar en París el 13 de noviembre del año pasado. Bruselas, considerada por muchos un santuario para los islamistas radicales en Europa, se convirtió en el objetivo de un ataque yihadista, el peor de la historia de la ciudad y del país.
DC | Infobae