Roger Agnelli, de 56 años, uno de los empresarios más destacados de Brasil, murió este sábado luego de que la avioneta en la que viajaba se estrelló contra una casa minutos después de despegar de un aeropuerto en la ciudad de Sao Paulo. Su esposa y sus dos hijos también iban dentro de la aeronave propiedad del magnate, en la que fallecieron siete personas en total, según reportaron medios locales. La aeronave se estrelló sobre una residencia donde había seis personas, una de ellas herida pero ya fuera de peligro y las demás salieron ilesas.
El empresario dirigió la minera Vale entre 2001 y 2011 y contribuyó en gran medida a convertir la compañía en la segunda mayor minera del mundo y en la mayor productora de hierro y níquel del planeta. En el ránking de los mejores presidentes de empresas publicado por la revista «Harvard Business Review» en 2013, Agnelli ocupó el cuarto lugar, detrás del director general de Apple, Steve Jobs, Jeff Bezos, de Amazon y Yun Jong-Yong, del grupo Samsung.
Agnelli asumió la dirección de la minera Vale en 2001, cuatro años después de su privatización. En aquel entonces, la compañía tenía un valor de mercado de 10.000 millones de dólares. Con la intervención del empresario, el negocio se diversificó, entró en 30 países y ganó un valor de mercado de 180.000 millones. Abandonó su cargo en 2011, en medio de presiones del gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
Agnelli y su familia se suman a la desgraciada lista de la que parece ser la «maldición» de los ricos y sus jets privados. En el mes de enero, el empresario leonés Rogelio Fernández perdió la vida junto a su mujer y sus dos hijas en un accidente de avioneta cuando viajaba desde un aeródromo de Alicante a León. John John Kennedy, el hijo pequeño de JFK, y su mujer también murieron en circunstancias similares, al igual que parte de la familia Missoni y miembros de otras grandes dinastías como los Rockefeller y los Onassis.
DC|ABC.Es