Los precios del crudo sufrieron hoy una fuerte caída ante la falta de acuerdo entre algunos de los grandes productores de petróleo para congelar su producción, una medida dirigida a aliviar el exceso de oferta que ahoga al mercado.
El barril de Brent, de referencia en Europa, retrocedía esta tarde en torno al 4% en comparación al cierre del viernes, antes del encuentro entre productores en Doha de este fin de semana, aunque llegó a perder un 5% poco después de la apertura.
A pesar del optimismo inicial sobre la posibilidad de alcanzar un consenso (se llegó a filtrar a los medios el borrador del acuerdo), Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico vieron como un obstáculo insalvable la negativa de Irán a unirse a las medidas conjuntas y limitar su bombeo, según los analistas.
«En términos reales de oferta y demanda esto no cambia mucho. Irán nunca se planteó unirse a la congelación y es el único país del grupo que probablemente incrementará su producción durante este año», comentó a Efe Richard Mallinson, de la firma británica Energy Aspects.
«Aun así, el mercado tenía la expectativa de que se llegaría a un acuerdo y la promesa de volverlo a intentar en un par de meses es un mensaje bastante negativo sobre la habilidad del grupo de productores para trabajar de forma colectiva», afirmó.
La perspectiva de que el encuentro en Catar fuera el primer paso hacia una colaboración más estrecha entre países para equilibrar el nivel de bombeo global había empujado la semana pasada al Brent a su máximo anual, 44,69 dólares el barril, una marca que suponía un avance de cerca del 65% respecto al mínimo de febrero (27 dólares).
Según los expertos, las secuelas de Doha conllevarán una «debilidad a corto plazo» en los precios, no obstante aún piensan que en la segunda mitad del año podría consolidarse una recuperación.
La caída del precio, que en agosto de 2014 se situaba por encima de los 110 dólares el barril, ha golpeado a la industria en todo el mundo, lo que ha repercutido en el nivel de inversión en extracciones y nuevos yacimientos y puede provocar un descenso en la producción global que podría ayudar a descongestionar el mercado.
«Cuando nos acerquemos a junio, julio y el verano, creo que empezaremos a ver más pruebas de ese reequilibrio, lo que provocará que los precios repunten en la segunda mitad del año», sostuvo Mallinson.
El mercado está pendiente, entre otros factores, de la evolución de las extracciones en Irán, que trata de recuperar su cuota tras varios años con las exportaciones limitadas debido a las sanciones internacionales por su programa nuclear.
Teherán ha aumentado en algo más de 400 mil barriles diarios, hasta 3,3 millones, su producción desde diciembre, algo por debajo de las expectativas. Los expertos consideran que a corto plazo no podrá dar un empujón significativo a esas cifras debido a la falta de infraestructuras.
Hasta que las inversiones extranjeras no reactiven la industria petrolera en Irán, de cara a 2017, la desestabilización que puede provocar su regreso al mercado puede quedar matizada.
EFE