Elena Griffing acaba de celebrar sus 70 años como empleada del mismo hospital del área de San Francisco, y no tiene planes de retirarse próximamente.
El Centro Médico Sutter Health Alta Bates Summit celebró el hito laboral de Griffin durante el reciente festejo de su cumpleaños número 90, dijo la portavoz Carolyn Kemp. Pero para Griffing, quien se ha desempeñado en varios puestos durante sus siete décadas, cada día de trabajo es una celebración.
«No puedo esperar para llegar a trabajar todos los días; este es mi hospital», afirmó. «Disfruto todo lo que pueda hacer por ayudar. En verdad, lo que importa es el paciente. Si es de ayuda a alguien, es lo mío».
Y no bromea.
Como si su longevidad laboral no fuera suficiente, además hay que considerar esto: Durante sus 70 años de trabajo, solo se ha ausentado cuatro días por enfermedad.
Un domingo hace como 15 años, le extirparon el apéndice en el hospital de Berkeley. Al día siguiente, se puso su bata, bajó un piso desde su habitación, y comenzó a trabajar.
«No fue algo grave», dijo. «No había nada malo con mis manos, aún podía teclear y hacer lo que tenía que hacer».
Pero cuando el doctor se enteró, la mandó a casa.
Su primer día de trabajo fue el 10 de abril de 1946, cuando tenía 20 años de edad. En ese entonces, el lugar se llamaba Hospital Alta Bates Community.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces, cuando el salario promedio era de 2.500 dólares al año y el galón de gasolina costaba 15 centavos de dólar (4 centavos por litro).
«Cuando empecé aquí, creía que estaba ganando mucho dinero, pero creo que eran unos 120 dólares al mes», dijo.
Hoy día gana suficiente dinero para tener una vida cómo en la vecina Orinda, y disfruta del jazz, la jardinería y el trabajo.
Si se pudiera, ella seguiría trabajando «hasta que me echen o me saquen en una caja».
DC|AP