El mango o melocotón de los trópicos, como algunos les llaman, es una fruta de pulpa carnosa y dulce, que además de deliciosa también es altamente nutritiva; por eso es recomendable que no falte en tu mesa
Para sorpresa de muchas, 83 % de la composición del mango es agua, y a pesar de su sabor dulce nos aporta pocas calorías y azúcares fácilmente asimilables por el organismo. Es una excelente fuente de vitaminas A y C, cobre, potasio, hierro y fibra; lo que le otorga propiedades antioxidantes.
Si debes llevar una dieta baja en grasas, el mango es ideal para controlar tu peso. Además, combate la fatiga y la anemia, por lo que es indispensable para subir las defensas. A continuación, te contamos algunas de los males que puedes evitar al incluir a esta tropical fruta en tu dieta:
Estreñimiento. Su fibra ayuda a combatir el estreñimiento. Además, su consumo habitual limpia el colesterol de nuestra sangre.
Diabetes. Comer mango ayuda a controlar los niveles de glucemia en la sangre, por lo que es muy recomendable para prevenir la diabetes.
Asma. El beta-caroteno, que se encuentra en el mango, es un nutriente que reduce el riesgo de desarrollar problemas respiratorios como el asma.
Osteoporosis. La vitamina K presente en los mangos es importante para mejorar la absorción de calcio para nuestros huesos.
Enfermedades del corazón. La fibra y el potasio que contienen los mangos ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Resequedad capilar. Los mangos contienen vitamina A, un nutriente necesario para la producción del sebo que mantiene el cabello hidratado.
DC | Eme