Desde estos primeros festejos, el 5 de mayo significó para los mexicanos que residian en Estados Unidos un día en que su país de origen se liberó del yugo opresor de los «extranjeros».
Incluso adquirió un significado más fuerte que la fecha que marca el inicio de la guerra de independencia mexicana en contra del imperio español, el 16 de septiembre.
Y es que el general Ignacio Zaragoza, quien derrotó al ejército francés en la ciudad de Puebla, nació en Texas (1829) antes de que este territorio se independizara de México y se anexara a Estados Unidos. Por eso, desde los primeros festejos los cantos y las poesías celebraban su hazaña.
Zaragoza, el chinaco fronterizo, como lo llamó el historiador Justo Sierra, representaba al rebelde del siglo XIX. Entonces, se llamaba chinaco al liberal de tez morena que optaba por defender las causas del pueblo en contra de los hacendados, la Iglesia, y los catrines (ricos).
También los chinacos fueron los mexicanos que se batieron contra los invasores franceses: «los chinacos, bravos, se batieron inundando de gloria la Nación», reza un canto de esos tiempos.
Según ha estudiado Mariángela Rodríguez, en los primeros festejos del 5 de mayo en Texas, los mexicanos mostraban su deseo de libertad y autodeterminación: «fueron fiestas de obreros, de migrantes pobres y en muchos casos de revolucionarios», escribe en el libro Fronteras Fragmentadas.
Una bandera chicana
Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1930, las fiestas del 5 de mayo se organizaban de manera popular. Pero, en ese decenio, el Consulado mexicano en Los Ángeles, California, creó una organización que se encargaría de orquestar los festejos patrios en Estados Unidos. Su finalidad, advierte Rodríguez, era «oficializar» el patriotismo de los mexicoamericanos y de los nuevos migrantes mexicanos.
Sin embargo, a decir de la investigadora, estas fiestas organizadas por el Consulado se alejaban de los sentimientos de la gente trabajadora, para quienes el festejo del 5 de mayo tenía un significado de libertad y no ornamental.
Años después, el movimiento chicano adoptaría esta fecha como uno de sus símbolos de lucha contra la opresión.
Asimismo, el 5 de mayo se pudo convertir en la fiesta de todos los latinos en Estados Unidos, pues evoca la opresión que viven todas las minorías en ese país.
Curiosamente, para la generación de mexicanos liberales que vivieron la batalla de Puebla, la victoria sobre los franceses también tuvo un significado que iba más allá de las fronteras de México.
«De este lugar y de este día data una nueva época en la historia de México; en la historia de América Latina», escribió el historiador José María Vigil al referirse a la batalla del 5 de mayo.
Estas palabras quedaron plasmadas en México a través de los siglos, la máxima obra histórica que llevaron a cabo los liberales en el siglo XIX, es decir, la generación que estableció las bases del México moderno, en 1867, luego de la expulsión del imperio invasor promovido por Napoleón III y los conservadores mexicanos.