En el zoológico de Whipsnade, al noroccidente de Londres, la elefanta Lucha había dejado de comer y estaba perdiendo peso.
Sus cuidadores descubrieron que tenía una muela podrida y decidieron llamar a un dentista de humanos.
Con destreza, paciencia, mucha anestesia y un gran taladro, el doctor Peter Kertesz logró extraerle la muela dañada.
Ahora Lucha es la misma de antes, más contenta y comiendo normalmente.
DC | BBC Mundo