En la casa 15 del barrio El Museo detuvieron al asesino de José Antonio Colina Briceño, de 46 años. El crimen se investigaba como una resistencia al robo, pero los funcionarios de la Policía científica aclararon que lo mató su hijo, de 15 años, con un arma de fabricación casera.
Las versiones cambian. Los vecinos aseguraron que escucharon a Colina discutir con el menor de sus descendientes por dinero. «Su padre no le prestó atención y caminó hasta la calle. El muchacho lo siguió y le disparó a quemarropa en las costillas».
El cuerpo lo recogieron de la calle 118 del barrio El Gaitero el pasado 14 de mayo. Los testigos denunciaron a los sospechosos, los dos hijos de la víctima, pero nadie les creyó.
La familia para proteger al adolescente no hablaron. Sostuvieron la hipótesis del robo. Colina no residía en la barriada, ese día visitaba a sus dos hijos. Las contradicciones en sus declaraciones los delataron y tuvieron que entregar a su pariente, informó La Verdad.
«El joven se quedó con su papá a compartir unas cervezas, entre risas y cuentos, bebidas y drogas, sacó el arma que había fabricado en su casa para mostrársela. Una bala se escapó y alcanzó las costillas de su padre», dijeron en el último interrogatorio de la Policía.
Ayer, a las 10.00 de la mañana, acompañaron a los oficiales al escondite del adolescente, la casa de su madre, en la calle 113 de la parroquia Luis Hurtado Higuera, se lo arrebataron de los brazos a su madre y lo trasladaron a la sede de la Policía científica, en Altos del Sol Amado. Allí permanecerá hasta que un tribunal decida su sitio de reclusión.
CIFRA
6 días tardó la Policía para detener al responsable. Aún no recuperan el arma.
40 minutos duró la agonía del latonero en el CDI de El Gaitero. Murió sin delatar a su hijo.