En una entrevista con BBC Mundo, Henrique Capriles, que ahora está impulsando un referendo para revocar al presidente, cree que se viven momentos de decisiones en el país.
Una de ellas, dice, la tendrán que tomar las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela (FANB), que -según el opositor- tienen la responsabilidad de impedir que Maduro convierta su gobierno en uno «de facto».
El mandatario decretó un Estado de Excepción que por ley debía ser refrendado por la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, y por el Tribunal Supremo. El alto tribunal lo acaba de respaldar, mientras que la Asamblea lo rechazó.
Nuevo estado de emergencia es constitucional, según el Tribunal Supremo
«Si Maduro pretende ignorar la decisión de la Asamblea y pretende dictar leyes, todas esas leyes son inconstitucionales. Y Maduro pasa a ser un gobierno de facto y empieza a gobernar al margen de la Constitución», afirmó.
El gobierno ha superado también los cinco días que la ley le daba para comprobar la validez de las firmas necesarias para pedir el referendo revocatorio.
La oposición acusa al gobierno que querer dilatar el proceso.
Mientras tanto, las calles están cada vez más calientes debido a la crisis económica que sufre el país.
Pero precisamente por el creciente descontento, Capriles cree que el revocatorio es inevitable.
Usted dijo esta semana que los militares tienen que tomar una decisión. ¿A qué se refiere? ¿Apoya un golpe de Estado?
Todo lo contrario. Mi planteamiento tiene que ver con este nuevo decreto de Estado de Excepción, que debería pasar por la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia.
Si Maduro pretende ignorar la decisión de la Asamblea (que lo rechazó) y pretende dictar leyes, todos esas leyes son inconstitucionales. Y Maduro pasa a ser un gobierno de facto y empieza a gobernar al margen de la Constitución.
Las FANB (Fuerzas Armadas) son las garante de la Constitución. En ese escenario las FANB tiene que decidir: o están con la Constitución o están con Maduro.
Si Maduro ordena a las FANB tomar una fábrica por la fuerza (facultad del Estado de Excepción), la Fuerza Armada va a tener que tomar la decisión de si se van con Maduro o le dicen: ‘Nosotros no vamos a acatar ordenes que estén al margen de la Constitución’.
A juzgar por las declaraciones de los jefes de las FANB, que ellos mismos se califican de chavistas, no parece posible que haya una respuesta de ese tipo. ¿Acaso cree que hay disidencia dentro de las FANB?
Esta es una fuerza armada dividida. Acá hay una cúpula militar corrupta y hay el resto de las FANB, que están afectadas por la peor crisis económica de nuestra historia.
Esa cúpula obviamente va a defender a Maduro. Porque la caída de Maduro es la caída de ellos también, porque es una cúpula corrupta. Ahora: ¿qué va a pasar en el seno de las FANB? Esa es la gran pregunta.
Si se profundiza esa división, si el seno de las FANB decide no apoyar a Maduro, ¿qué pasa?
Sería un levantamiento militar. Y no quiero decir si tiene altas o pocas posibilidades. Pero está en el ambiente.
Ahora: nosotros no lo queremos. Si nosotros quisiéramos un levantamiento militar, no estaríamos exigiendo un revocatorio.
Le estamos pidiendo a las FANB que le exijan a Maduro que cumpla la Constitución.
¿Cómo se hace esa exigencia?
Eso es un tema interno. Eso le corresponde a la cabeza de las FANB (el general Vladimir Padrino).
El bloqueo institucional que ha sufrido la mayoría opositora en la Asamblea Nacional, así como la aparente complicidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) con el gobierno, hace ver imposible un revocatorio. ¿Cuál es la alternativa?
Tenemos que obligar a esas instituciones a que respeten esta Constitución.
Hace unos meses el revocatorio tenía un 40% de apoyo. Ahora tiene 70%. Hoy tienes voces afuera de Venezuela que hablan del revocatorio. Todos los partidos de la oposición están alineados con el revocatorio. Incluso voces del chavismo que hablan del revocatorio.
Si el gobierno tranca la vía democrática con ese control institucional, ¿qué va a pasar? Pareciera que nada bueno. Pareciera que un escenario de violencia.
Va a llegar un momento en que para Maduro será inevitable el revocatorio; que, con la comunidad internacional, con todo el país pidiéndolo, él entienda que la solución pasa por consultar al pueblo soberanamente.
Trancar la vía democrática es echarle gasolina al fuego.
¿Tienen las manos atadas?
Tenemos una lucha llena de obstáculos, pero no soy de creer en los imposibles.
Ha reflotado el debate sobre si Maduro es un dictador después de las declaraciones de Luis Almagro, secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos). Usted no usa ese término. ¿Qué piensa?
No tenemos un gobierno democrático. Maduro cada día se comporta más como lo define Almagro, como un dictadorzuelo.
Lo que pasa es que, mire, quiere que le sea sincero, para mí darle ese estatus a Maduro es darle mucho peso.
Maduro es un segundón. Maduro es un error en nuestra historia. Él apela a esto de querer ser fuerte por su debilidad como líder.
Pero mira. El otro día yo escuchaba un debate de que lo importante no es si hay medicinas o si hay comida, sino que lo importante es que haya libertad.
Con eso usted se sale de lo que la gente tiene en el corazón, usted les deja de hablar a la gente, y convierte el debate en algo que a muchos no les suena en los oídos.
Y ese es el debate de una rama de la oposición que está enfrentada con usted. Usted insiste en responderle a esa rama de la oposición, liderada por María Corina Machado, que lo critica por no calificar de dictadura al gobierno, pero ¿por qué habla de señora y señor, y no da los nombres?
Porque no los voy a ranquear. Usted sabe que en política es así. No están de tú a tú. Tienen de 2% o 3% (de apoyos). Pero tienen mucho dinero. Y hacen mucho ruido en los medios de comunicación.
En Venezuela hay protestas todos los días en todo el país. Pero pocas de ellas tienen contenido político y son espontáneas. ¿Por qué la oposición no ha logrado politizar y articular esas protestas?.
Primero, sí se logró que el descontento se tradujera en fuerza política: eso pasó el 6 de diciembre, cuando ganamos la mayoría calificada en la Asamblea Nacional con 2 millones de votos de diferencia.
Ahora bien: sin duda tenemos un reto. Que la protesta en la calle se convierta en una exigencia en el revocatorio, que tenga una demanda política. ¿Quién la debe canalizar? Nosotros, para que no se quede en un tema de acumulación de frustración.
¿Entonces están desorganizados en este momento?
No estamos articulados. Porque organizados estamos. Lo que no hemos articulado es que el tema social tenga como demanda el revocatorio.
¿Cómo van a hacer para articularlos?
Los que están en la cola. Ahí hay líderes. Líderes comunitarios. Incluso consejos comunales. No esperar que venga el político conocido. Ellos pueden lograr que la frustración por no encontrar comida se convierta en una demanda política.
Esa demanda, que es un nuevo llamado a la calle, puede terminar en escenarios de violencia, como pasó esta semana, independientemente de si los generadores son infiltrados o una minoría radical. ¿Cómo van a evitar eso?
No estoy tan claro, ¿sabe? He visto un cambio considerable en la actitud de los funcionarios (de la policía) y Guardias Nacionales. Ahí está pasando algo. La actitud no es de querer reprimir. Acá puede pasar que los guardias digan, «abran, vayan al CNE (Consejo Nacional Electoral, encargado de la verificación de firmas del revocatorio)».
Los funcionarios están afectados por la crisis y hay un cambio de actitud.
Mire, nuestra demanda es pacífica y constitucional. Yo no estoy saliendo a la calle a ver si cae el gobierno, a ver si Maduro renuncia. Yo estoy saliendo a pedir que respeten el artículo 72 de la Constitución. Y al CNE que me permita validar una firma.
¿Eso es violencia? ¿Eso es confrontación? Ah, que el gobierno va a responder con confrontación. Que se va a radicalizar más. Échele pierna. Pero esa actitud lejos de ayudarlo, lo termina de sepultar.
El gobierno dice que ustedes no quieren diálogo.
Sí lo queremos, pero para ponerle fecha al revocatorio. La solución aquí no es sentar a la oposición y al gobierno. La solución es electoral.
¿Qué cree que está pasando por la cabeza de Maduro?
Él vive el día a día. Lo que quiere es que pasen los días para evitarse el revocatorio. Se levanta por la mañana, tarde, y por la tarde y por la noche, todo el día está pensando qué puede hacer para impedir el revocatorio. Cómo marea a la gente, cómo crea conflictos ficticios internacionales.