En Venezuela hay una lucha por sobrevivir de las mayorías nacionales y una cúpula del status rojo que se aferra por atrincherarse en el poder como sea. La gente hoy vive niveles de sufrimiento aterradores que pasaron de la inflación y la escasez al desabastecimiento grave que se refleja en un gentío de 4pm a 6pm en las panaderías para buscar medio comer; parece una película de terror que arrastra nuestra cotidianidad. A este trágico momento nos llevo un modelo Castro-fascista, la corrupción en la desaparición de las divisas, la liquidación del aparato productivo, la regaladera de petróleo de espaldas a la nación y un saqueo general cargado de cinismo.
Esta cúpula roja ha sido un verdadero accidente histórico, sus niveles de irresponsabilidad y división interna los coloca en una lucha de control del poder en el gobierno y el partido creando una dinámica perversa en la que nadie se ocupa de gobernar esta anarquía tutelada; frente a cada problema la improvisación es la respuestas cuyo remedio es peor que la enfermedad.
Ante la escasez de alimentos no se les ocurre otra cosa que salirnos con la receta Cubana de los CLAP; cuyo objetivo central es abastecer al activismo rojo más cercano a las cúpulas en sus 3 niveles sin importar la suerte de la hambruna de las mayorías. Los míos comen, los demás que se mueran de hambre. Este pueblo sabio y paciente sigue apostando al referéndum como salida democrática para enfrentar la crisis: hay un sector del PSUV que entiende de la situación y cree en una salida política, pero los radicales están jugando al caos, la violencia y la represión. Juegan a la desintegración del país “Ni para ti, ni para mi, ni para nadie”. Fascismo puro.
Los mensajes oficialistas tienen una carga de manipulación y crueldad que busca llevar al pueblo a la desesperanza. Usan su vocería para decir: NO hay referéndum. La carta democrática no va; esto junto a la incapacidad de generar soluciones creativas a la crisis tiene el propósito de sembrar frustración y desaliento. En ese forcejeo el gobierno cuenta con la cúpula militar que dirige Padrino López, los Poderes Públicos, los medios oficiales y los mediatizados: la prensa prensada, 20 gobernaciones y 200 alcaldes, que mantienen una clientela de activistas.
La oposición cuenta con mayoría en la Asamblea Nacional, 3 Gobernadores, 100 alcaldes, amplio apoyo popular, solidaridad creciente en la Comunidad Internacional, aun con el celestinaje simulado de algunos falsos demócratas, apego a la Constitución y las leyes de la República. Aunque autocríticamente por honestidad debo reconocer la necesidad de un comando político amplio para enfrentar la crisis con luces a cada paso; es decir, una verdadera dirección política unitaria. El balance del forcejeo nos da la razón y la fuerza para impulsar con éxito el cambio. ¡Venezuela no se rinde!
DC / José Luis Pirela / Diputado AN por San Francisco– Zulia / @joseluispirelar