La amenaza de posibles atentados por parte del Estado Islámico durante la Eurocopa de Francia 2016, ha provocado que el país europeo se vea obligado a desplegar un operativo de seguridad, pocas veces visto en la historia del torneo.
Sin embargo, en poco más de una semana de competición el foco de atención se ha desviado hacia los propios aficionados, principalmente ingleses y rusos, cuyos violentos comportamientos han alterado el orden y la paz que deberían reinar en las calles de Francia.
Durante la previa del encuentro entre el elenco local y Albania, en una de las fans-zones, un aficionado logró atravesar los controles e ingresar con una bengala, objeto que está terminantemente prohibido.
Según explicó el fiscal de la ciudad de Niza, Jean-Michel Prêtre, el joven de 18 años de nacionalidad francesa y de origen albano se introdujo la bengala de 18 centímetros de largo y 4 de diámetro en el recto.
Tras lo ocurrido, el secretario de Estado francés Thierry Braillard, señaló: “Una bengala puede herir o quemar a los aficionados de alrededor. A partir de ese incidente, hemos decidido reforzar aún más los controles de las zonas de hinchas”.
El aficionado logró herirse a si mismo y a otros dos fanáticos y será juzgado el próximo lunes.
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