El dialogo político, constituye un espacio para la reflexión, el debate y la promoción de nuevas ideas que faciliten el desarrollo de mecanismos para la negociación, pues se busca el entendimiento para llegar a los acuerdos consensuales requeridos, mediante el uso de la sindéresis entre las partes en conflicto de intereses. Sin embargo, recientemente hemos observado utilizar la mentira del dialogo como una nueva estrategia del gobierno agónico de Nicolás Maduro, para intentar frenar las acciones internacionales de los países que ya están cerrando filas en contra de su tormentoso y autoritario mandato.
El gobierno, trata de simular que hay disposición al diálogo con las fuerzas sociales encabezadas por la oposición frente a los ojos de la comunidad internacional, con la intención de frenar posibles acciones de mediadores foráneos, es decir, lograr que las naciones no intervengan bajo la teoría que las partes se están poniendo de acuerdo y de esta forma ganar tiempo necesario para ver si ocurre un milagro que les permita recuperarse del desastre que han causado y la descomunal corrupción roja rojita que los aplasta. Es totalmente falso de toda falsedad esta premisa madurista, porque lo único que se gestiona es evitar a cualquier costo, estrenar la Carta Interamericana Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) al gobierno de Maduro, por esa razón, inventa la mentira del dialogo, especialmente para frenar acciones de la comunidad internacional.
Un verdadero diálogo se produce cuando ambas partes aceptan condiciones mínimas para conversar, tal es el caso del reciente acuerdo suscrito entre el gobierno Colombiano y las FARC, cuyo convenio de paz celebramos en nuestra condición de ciudadanos demócratas. Maduro promociona un dialogo inexistente y se vale de alguien o de un medio para sacar esa falsa noticia (falso positivo). El artificio es hacer pasar a un segundo plano el referendo revocatorio que marcha viento en popa.
De modo que, el dialogó inventado por Maduro es un halo del paciente terminal en cuya agonía, trata de tomar aliento frente al proceso del referendo revocatorio que cada día se consolida como una opción válida, democrática, electoral y necesaria para salir de este abismo.
Por tanto, entre las partes no hay diálogo, lo que existe es la disposición de la sociedad civil organizada que solicita a gritos una salida a esta peligrosa crisis a través del revocatorio, quiéralo o no Nicolás Maduro. Este servirá para terminar la confrontación propiciada por Maduro, por la cúpula del Psuv y por la élite militar que desea atornillarlo en el poder como si el futuro de los venezolanos fuera suyo, les perteneciera.
Están equivocados, si no hay revocatorio este año 2016, a nivel interno se agudizarán las contradicciones, se profundizará la crisis humanitaria, (hambre, desabastecimiento de medicinas, desempleo, violencia, inseguridad, entre otros males), el riesgo país frenaría inversiones y préstamos. A nivel externo, vendrán sanciones internacionales severas iniciando con la aplicación de la Carta Democrática por querer vulnerar el Estado de Derecho y hacer padecer a la gente las calamidades que vivimos a diario, también, procederán presiones políticas solicitando rendición de cuentas a los acreedores de préstamos de capital y por deudas en la compra de arsenal militar como por ejemplo a China o Rusia, de este modo, el presidente Maduro con su séquito de políticos y militares, tendrán que escoger entre dos opciones: renunciar en concordia ( transición) o dialogar en paz para realizar el referendo revocatorio.
DC / Joaquín Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo / @joaquinchaparro