El «hombre nuevo» que anuncia el Socialismo siglo XXI chavista lleva la marca del «hambre en su cara», denunciaron los diputados de la oposición al afirmar que «mueren 28 niños al día» por desnutrición y enfermedades, la expresión fatal de la crisis humanitaria, que el gobierno de Nicolás Maduro no quiere reconocer y tampoco la ayuda del exterior.
El hambre en Venezuela está causando estragos especialmente en la población más vulnerable como la de niños y ancianos, con secuelas irreversibles para la salud y el desarrollo. Para enfrentar la crisis la Asamblea Nacional ha impulsado un debate para aprobar el proyecto de Ley de Garantía de Alimentación Escolar.
En su presentación la diputada Karin Salanova contabilizó «194 niños mueren a la semana, a razón de 28 por días». Estas son las consecuencias de la escasez de 80% alimentos y de medicamentos, que el gobierno ha tratado de paliar con la repartición de bolsas de comida «raquíticas» con los Comités Locales de Alimentación y Producción (Clap) que se parecen a los antiguos «soviets» rusos.
«Aumenta la poliomielitis y la tuberculosis. Esto es la africanización de la salud», denunció el diputado William Barrientos. Añadió que en las comunidades indígenas del Zulia, las de Perijá y la Guajira, «¡Hay sarna! No es desnutrición proteico calórica, es ¡hambre aguda, hambre pareja!».
Sin vacunas
El médico pediatra Eduardo Mata dijo a ABC que desde hace diez meses no reciben vacunas para los niños, «aquí esperamos la explosión de epidemias de enfermedades que pueden prevenirse con vacunas». Mencionó la escasez del Rotavirus, la Influenza, la H1N1, Neumococo, Meningitis, Sarampión, Rubeola, entre otras vacunas.
El diputado José Guerra, aseguró que los venezolanos enfrentan una situación de hambre y destacó que en la alimentación de los niños, el consumo de proteína ha disminuido de manera considerable.
Indicó que la talla y el peso de los menores también han bajado desde 2015 y el gobierno no ha propuesto soluciones frente a esta situación.
Guerra explicó que según estudios un ciudadano promedio debe consumir entre 10 a 20 kilogramos al año de carne animal, entiéndase de res, cochino, pollo o pescado.
«Es grave decir que para 2016 se estima que el consumo de proteína de una persona será de seis kilogramos, muy por debajo del rango. Esta falta de proteína genera daños en el organismo del venezolano y ya se empiezan a ver las consecuencias cuando se han detectado casos de infantes con desnutrición que van para las escuelas y el Estado tampoco poder suministrarles la alimentación adecuada disminuye la atención de los niños, quienes hasta han terminado abandonando la educación», dijo el economista.
El parlamentario resaltó que frente a esta situación la generación de futuro se ve amenazada: «Tendrán un coeficiente más disminuido por una mala alimentación. Los CLAP están lejos de solucionar los problemas, partiendo que son un método humillante, las bolsas que entregan no poseen la proteína que requiere un niño para su sano desarrollo».
Sacar del discurso político
Los parlamentarios de la bancada mayoritaria de la MUD denunciaron el aumento de la desnutrición infantil y el deterioro del Programa de Alimentación Escolar (PAE), así como el desabastecimiento de medicamentos básicos y vacunas para la atención de enfermedades propias de la infancia. Asimismo plantearon «sacar a los niños y adolescentes del discurso político».
Se denunció que no existen políticas públicas para la dotación de medicamentos esenciales para niños y adolescentes, por lo que se planteó fortalecer la red pública de ambulatorios, hospitales, emergencias y centros especializados a las necesidades específicas de este sector de la población.
El diputado chavista Luis Soteldo intentó desmentir señalamientos sobre fallas en el Programa de Alimentación Escolar (PAE), pero admitió que «el último registro estadístico es de 2013». «Nuestros niños son felices y nosotros somos garantes de eso», aseveró. Las autoridades sanitarias han negado la existencia de la crisis mientras la mortalidad de niños se expande.
DC|ABC