En materia de maquillaje, los correctores, según Ingrid López, directora de marca de Camerino, tienen la función de disimular, atenuar o corregir las imperfecciones del rostro. Los hay en una gran variedad de tonos, desde color piel hasta los que contienen diferentes pigmentaciones, llamados matizadores.
Según la especialista es importante determinar el tipo de rostro y las facciones que quieren destacarse, pues dependiendo de eso pueden necesitarse una o varias correcciones. Los tonos neutros son los más comunes y utilizados en el mercado, por lo que se recomienda seleccionar un tono un poco más claro que el de la piel.
La magia del color con propósito
López expresa que antes de conocer el uso que tiene cada matizador es fundamental contar con el asesoramiento de un profesional, porque este producto tiene la particularidad de pigmentar el área utilizando la mínima cantidad. De esta manera se evita la formación de arrugas o pliegues indeseables. A continuación, las gamas de tonos más usados:
Naranja: Ayuda a disimular las ojeras, manchas o cicatrices en tonos grises.
Verde: Es común utilizarlo en pieles muy blancas que han estado expuestas al sol o en ese tipo de ojeras que son rojizas o rosadas. También ayuda a disimular granitos o las secuelas del acné.
Amarillo: Ayuda a matizar las pieles morenas, pues contrasta en armonía con este tipo de tonalidades y aporta luminosidad.
Morado, rosa o azul: Recomendables para unificar los tonos de pieles muy pálidas con tendencia a verse amarillentas o verdosas.
En el caso del corrector blanco es ideal para resaltar ciertas áreas del rostro. Se puede utilizar aplicando un poco cerca del lagrimal para iluminarlo o en el arco de los labios (arco de cupido).
Otros expertos en cosmética, como Cristina Mayor, maquilladora oficial de la marca Kryolan (Berlín) aseguran que la clave está en entender el funcionamiento del círculo cromático. Esta teoría indica que se debe recurrir al tono opuesto al del defecto que se desea esconder: por ejemplo, las manchas y ojeras moradas se deben tratar con el color contrario, en este caso, sería el amarillo o el naranja y así sucesivamente.
Texturas para cada piel
En las tiendas especializadas se encuentran también diferentes presentaciones. Por ejemplo, los correctores líquidos tienen propiedades humectantes, por lo que son recomendables para el uso diario en pieles maduras o sensibles. En el caso de las barras, estas tienen gran capacidad de cobertura, duran más tiempo y son ideales para tapar ojeras muy marcadas, en pieles gruesas o con marcas de acné. Por último, está la presentación en crema y en creyón: la primera se utiliza en ojeras de coloración media y funciona para cualquier tipo de piel. El lápiz, en cambio, es común para corregir, exclusivamente, la forma de los labios.
López destaca que antes de aplicar el corrector es importante considerar el tipo de textura que va a utilizarse, porque la zona del ojo es una de las más sensibles, por el fino tejido celular, y se debe tener mayor cuidado al momento de cubrir las ojeras. Las más comunes suelen verse como un área oscura debajo de los párpados inferiores y serán más acentuadas, o no, dependiendo del caso, pero cuando están combinadas con bolsas adiposas es vital contar con ayuda profesional para elegir el producto acertado.
Los Sí y No del maquillaje correctivo
Los correctores son grandes aliados del maquillaje, pero aplicarlos de forma incorrecta puede generar el efecto contrario al que se desea conseguir. La especialista enumera algunas reglas básicas para sacar provecho y no abusar de este producto.
Sí, el corrector se coloca antes de la base para que ambos productos se unifiquen, en especial, si se trata de una base en polvo compacto.
No es recomendable utilizar exceso de producto, debe tenerse mucho cuidado con la cantidad que se aplique para evitar que aparezcan esas indeseables líneas o rayas debajo de los ojos o que se agriete la piel.
Sí, utilice un pincel para difuminar el corrector, de esta manera penetrará mejor a la piel y no dejará residuos.
No utilice los dedos para colocar el corrector.
Si el producto tiene una textura muy oleosa debe sellar con polvo suelto una vez aplicado para evitar que la piel se caliente y se cuartee.
No utilizar el tono correcto ocasiona que si es más oscuro o igual al de la piel la mirada podría lucir envejecida. Si es muy claro puede destacar las bolsas en los ojos o alterar las proporciones naturales del rostro.
DC|Estampas