El verano ha llegado a Viena y las agradables temperaturas hacen que bañistas completamente desnudos doren su cuerpo a orillas del Danubio. El corte en la piel que deja el bañador o el bikini no existe en sus cuerpos.
A lo largo de los 25 kilómetros de agua que cruzan la ciudad austríaca de noroeste a sudeste no es difícil encontrar nudistas a la vista de los transeúntes junto al río, o en un ambiente más familiar dentro de un club privado.
EFE