El presidente Nicolás Maduro amenazó este lunes 18 de julio con encarcelar a los representantes de la empresa estadounidense Kimberly-Clark en Venezuela por supuestos engaños a sus trabajadores, tras cesar operaciones en el país.
«Irán presos quienes tengan que ir presos, estén donde estén, porque los vamos a solicitar por código rojo» de Interpol, advirtió Maduro al hacer un balance de un plan para mitigar la escasez de alimentos y bienes básicos, a cargo de los militares.
El primer mandatario nacional denunció que el fabricante de productos de higiene personal violó los derechos de un millar de trabajadores venezolanos, reseñó AFP.
Según dijo, los directivos de la compañía aseguraron al personal haberle depositado en sus cuentas bancarias «dinero de las prestaciones sociales, pero era mentira». «Eso ya lo están demostrando los organismos jurisdiccionales», agregó.
El control de las instalaciones de Kimberly-Clark en Maracay fue entregado por el gobierno a los empleados, luego de que la multinacional detuviera operaciones hace dos semanas alegando el deterioro de las condiciones económicas del país petrolero.
Maduro aseguró que las líneas de producción de la planta están completamente operativas. El presidente adelantó que la empresa, que produce pañales, toallas sanitarias y papel higiénico, entre otros productos muy escasos en Venezuela, será rebautizada en los próximos días.
Además, aseguró que la maquinaria de la planta fue saboteada tras detener actividades.
En este sentido, Maduro también prometió este lunes «mano de hierro» con los culpables del «fracaso» de compañías públicas. «Debemos tener más exigencias y mano dura, mano de hierro, con quienes les dimos empresas públicas y las llevaron a niveles de fracaso», advirtió el Jefe de Estado.
Según la oposición, unas 6.000 empresas han sido confiscadas durante los últimos 17 años, de las cuales 300 son productoras de alimentos.
Esas corporaciones se encuentran improductivas, al igual que cuatro millones de tierras incautadas, de acuerdo con la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
«Aquí no debe haber amiguismo con nadie. Los que han sido responsables de dañar la capacidad productiva de plantas socialistas (…) tienen que pagar», subrayó Maduro.
La MUD sostiene que la confiscación de plantas, sumada al férreo control de cambio y de precios, ha generado escasez de alimentos y productos básicos.
El desabastecimiento se ha agravado, además, por la caída de los precios del petróleo en un país que deriva 96% de sus divisas del oro negro.
Maduro lanzó la semana pasada un plan para paliar la escasez, que está a cargo de los militares. El programa incluye la fiscalización de empresas privadas para controlar la distribución y evitar que los productos terminen en manos de contrabandistas. También creo una autoridad militar única para la administración de los puertos.
DC|EU