La ciudad de Múnich se esfuerza por volver a la normalidad tras una noche de horror tras el tiroteo, mientras las banderas ondean a media asta y los ciudadanos comienzan a depositar flores en el lugar de los hechos.
«Fue un sólo atacante y está muerto. Ya no genera ningún peligro y eso es ahora lo más importante para nosotros», dijo hoy el jefe de la Policía muniquesa, Hubertus Andrä, tras una noche en la que un joven germano-iraní dio muerte a nueve personas y luego se suicidó.
EFE